JESUS DEL VIERNES DE MARZO

 Me pondrás falta hoy en la cola de los Franciscanos, donde año tras año, este Albacete mío tan pasota y poco efusivo, se echa a la calle para la mayor demostración de devoción popular, casi más que a la patrona. Desde las siete de la mañana será interminable y continuada la larga fila de gentes que rodearan el perímetro del templo que guarda el nazareno maniatado, de túnica morada, silente y triste. Como en Madrid, donde tantos domingos he pasado por el templo capuchino a verte, o mi Murcia querida, donde se colapsa la ciudad para ver al señor que nos rescata de todos los males en la plaza de San Juan, o en las iglesias trinitarias de La Solana, Infantes o Valdepeñas. O en Córdoba de mis amores y mis ansiedades de estar de nuevo en ella, donde frente al jardín del alpargate, el señor rescatado se nos muestra más preso y cautivo por la fé y el cariño de la ciudad entera.
      Tampoco podré escaparme a besar la cruz de plata que cobija el cristo pintado en madera, que desafiando tempestades, llegó de Roma hasta El Bonillo, realizando la cadena de milagros que le dió nombre. El Medinaceli bonillero queda postergado por la coincidencia del 4 de marzo, día grande de los bonilleros, que hoy como dede hace siglos sacarán a su Santismo Cristo, con sol, lluvia, nieve o frío, mientras muchos, seguiremos creyendo cuando no esperando, nuevos milagros, algún milagro.
      Solamente podré volar con la imaginación a la plazuela de las monjas nazarenas de Sisante, que también hoy recibirán el goteo de fieles de toda la comarca. El Padre Jesús, la sublima talla de La Roldana, resalta con especial esplendor en su magnífico retablo, porque en unos meses será el hecho histórico de su salida procesional el año once de cada siglo. En septiembre un  nuevo centenario, un magno recorrido por la señorial villa conquense del Nazareno más bello, más impactante, más añorado.
     Como todos los viernes, como los primeros de marzo, como el viernes santo, como todos los días de mi vida, el kilómetro cero de mi sentimiento, de mi emoción y mi creencia: plaza de San Lorenzo, Jesús de Sevilla y del mundo. Sé tú hoy mi cirineo, dame fuerza, tú que todo lo puedes.