FALLERAS

Tomarán las calles y rincones de la ciudad, tanto en las estrechas del casco antiguo como en las modernas avenidas. De todas las edades y condición. Miles de valencianas y foráneas lucirán en estos días, el traje más colorido, barroco y exquisito de los trajes regionales y rituales de este país. La fallera mayor y su corte, presidirán todos los actos y eventos de esta fiesta sin igual, que recibe a la primavera. Falleras mayores ya en la historia y en la memoria como Pepita Samper, Covadonga Balaguer, Llanos Borso di Carminatti, Lola Flor...  y tantas otras que ya son historia de la ciudad y su fiesta mayor. Las flores de esta tierra se meterán en los espolines y brocados para servir de fondo a las otras miles naturales que llenarán la fachada y el entorno de la real basílica. Las mantillas, mediaslunas y ternos cubrirán ese prodigio de trabajo que es el elaborado peinado de las falleras, señorial y abigarrado, con el oro, la plata, el coral y la perla en perfecta armonía. Peinado maravilloso que se compatibilizará con vaqueros y trabajo diario, sin ningún problema, gente sin complejos, así me gusta. En la antesala de estos días intensos, desde la distancia, el recuerdo y el cariño, comienzan mis fallas virtuales y tal vez alguna lágrima se me escape, porque los que somos de lágrima fácil, ya se sabe. Y es que me gusta a mí una fallera, ea, porque además muchas veces a mis manchegas las han confundido con ellas en otros lugares, por los rodetes, algo que es un honor, una bonita confusión. Senyor pirotecnic ( y con el permiso de Rita, que pena que ella no se vista de fallera): ¡vixca Valencia!