Mi toma de contacto diaria con el mundo, comienza en la cafetería de mi barrio, donde ya no es necesario que hable o pida, directamente me lo encuentro puesto en la barra ; mi café cortado matutino es el combustible que hace arrancar la máquina del trasiego de la jornada.
Leche blanca, pardo café; claros marrones con motas de azúcar flotando, para hundirse en el fondo del vidrio en un naufragio inevitable. Gana aquí el grano venido de tierras americanas al blanco líquido del amamanto bovino, pero se llama cortado, aunque también es un café con leche, ocurriendo que al ser distintas las proporciones, cambia el nombre, el sabor y el resultado. Como en la vida misma cuando se descompensan las cosas, y siendo dos, y a dos, al desbaratar las proporciones deviene en muy diferentes resultados. Y eso pasa, que en vez de ser la leche, sólo soy un cortado, por la mitad o de cuajo, no lo sé...Y mira que está lloviendo, que al volver del trabajo pedía al cielo que mi coche fuera un howercraft, al tiempo que rezaba a mis devociones más queridas, que no veáis lo que caía. Ya media marzo, sin haberme dado tiempo a darme apenas cuenta. Un nuevo cortado, azúcar, cucharilla y en marcha!
hay nene el cortado, el único vicio que me queda, ni bebo, ni fumo ni......bueno eso si, jajaja, pero a veces, no se porqué, si depende del sitio, o de con quien te lo tomés, nunca sabe igual, y no digamos cuando se agria la leche......
ResponderEliminarLa Polo
Ay, nene y yo que me he quitado del café, ya no sé que me queda, aunque me está permitiendo descubrir otras cosas y una cierta libertad, porque qué bueno un café bueno pero qué difícil es encontarlo, y ¿qué mordernez es esa del howercraft?
ResponderEliminarDevo cariño: que uno tiene su cultura general aunque no le sirva pa mucho. Pos yo el café de momento no lo dejo, porque ya me dirás, nunca fumé, sexo na de na y el alcohol me sienta fatal, osea que vaya papeleta. Esperaba post en las falleras y por cierto tenemos que ir preparando tu megatraje para la feria 2011...
ResponderEliminarEy. Como dice Mello, hay que vivir el presente. Y ese café saborearlo como único.
ResponderEliminarDe su libro "El canto del pájaro":
El guerrero japonés fue apresado por sus enemigos y encerrado en un calabozo. Aquella noche no podía conciliar el sueño, porque estaba convencido de que a la mañana siguiente habrían de torturarle cruelmente.
Entonces recordó las palabras de su Maestro Zen: «El mañana no es real. La única realidad es el presente». De modo que volvió al presente... y se quedó dormido.
Nelibri, ¿tu también conoces a Melo? tiaaaaaaa
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