DETENIENDOME

“Porque mientras viajas hacia una meta, puedes aferrarte a un sueño; pero, cuando te detienes, tienes que hacer frente a la realidad.


          Esta frase me la mandó un amigo que lo está pasando mal; como tú, como yo, como tantos otros. Sin poder siquiera acariciar esos momentos que solo existen en nuestra imaginación y en el  propio deseo, esas entelequias que pensamos nos harían saborear la felicidad, siempre efímera y amenazada por múltiples espadas de Damocles. Y es que ahora hay muchos frentes abiertos, algunos de los cuales es casi imposible cerrar, y abandonar siquiera momentáneamente esta carrera de fondo de cada día, de cada noche. Mis sueños anteriores se han reducido y condensado al propio sueño, en la propia cama, en paz, en tranquilidad. Volaron mis aspiraciones de añorados viajes con imposibles compañías, mis planes de íntimos y anhelados momentos, mi  casi obsesiva tendencia al detalle y al agrado. Me conformo con la plácida dormición y el despertar diario a la vorágine particular, que no es otra que mi propia realidad, que ojalá fuese mejor, pero es la que hay. 
     Pero no paro de pensar en que Sevilla ya huele a azahar, ese olor que impregna todo de mil primaveras y que en una semana empieza la más bella carrera del año, plagada de color y emoción, hacia una plaza bendita que se transforma en el más impresionante jardín de flores y amparos. Y me suena Fito con esta canción:
      
A coger el cielo con las manos / A reír y a llorar lo que te canto / A coser mi alma rota / A perder el miedo a quedar como un idiota / Y a empezar la casa por el tejado