DESPROGRAMANDOME

 En proceso de desprogramación de ese programa que casi automáticamente la vida nos impone, forzándonos a basar la efímra felicidad en algo o en alguien. Y he pensado que no, que hasta aquí hemos llegado. Se acabó el tiempo de anhelar y pensar que cosas y gentes me traerían la felicidad. Y a pequeños pasos voy notando como la tranquilidad se apodera de mi ser cada vez que apago un botón de esta mesa de mezclas, enrevesada y complicada.
    Y como dice Anthony de Mello, http://usuarios.multimania.es/cureduval/Reflexion004.htm
 los apegos son sólo ilusiones que nos condicionan la vida y la percepción de esa felicidad siempre esquiva, siempre corta. En ello ando, aunque por el camino se me queden antiguas ilusiones, como el vivir y llenarme de semanasanta, el confiar y creer en algun@s ¿amig@s?, el soñar despierto y algunas cosas más Ya no planifico, ya no pienso, ya no me entusiasmo; languidece el templetillo vehemente, apasionado e impulsivo, a base de caídas y recaídas que producen heridas y morados que casi nunca se cierran, ni se curan, porque siempre aparecen nuevas, y la piel y el alma no tienen tiempo ni espacio para recuperarse.
      Libre del gabán de vacías palabras, encaro una nueva semana, una nueva aventura, confiando en nuevos y deseados remansos de paz y quietud, sin hospitales, sin medias verdades, sin angustias. En nada, una noche esperada y mágica, en el teatro circo, con la Navarro más flamenca que nunca, que ya tengo las entradas!