jueves, 8 de octubre de 2015

TAPAS

Creo que había una película llamada así. Y me confieso adicto a las tapas, al taperío y a la cerveza, aunque ando con el firme propósito de irla espaciando en mi paladar y mi barriguita, que lleva unos años redondita, y ya no recuerdo cuando fue lisa y casi anoréxica, que os juro que lo fue, y yo juraría que fue un día al despertarme.
    Las tapas, esos pequeños platos que son goticas de manjares, pequeñas degustaciones de más o menos elaboradas y conseguidas comidicas, son algo consustancial a este país y su gastronomía, y me atrevería a decir que su forma de relacionarse, de charlar, de alternar en el buen sentido.
    Tapas recias, finas, de diseño, cebollas caramelizadas, lechos de verdura o cous cous, reducciones al Pedro Ximénez, solomillos, patatas con mil y cero cosas. Un universo de puzzles comestibles bajo la atenta mirada de la rubia más fresca, la cebada fermentada, su compañera indispensable, a veces sustituida por un vino, para mi un blanco frío, porque las tapas con coca cola o fanta como que no, aunque hay caballos fantívoros.
      La tapa que tapaba, redundanciado me hallo, el vaso de vino ha dado lugar a una filosofía de vida y un símbolo cañí. Potear, tapear, cañear, en este mes de octubre que ofrece los últimos atisbos de sol cálido y preludia lluvias de otoño y días vencidos por la noche, mientras huele a mosto y a campo morado de florecillas efímeras.
     Me tomaré unas tapas en el Tubo zaragozano a vuestra salud, y a la vuelta habrá que seguir con las jornaditas albaceteñas, que sólo he probado catorce, ja ja, que siempre es mejor que doce más uno.

miércoles, 7 de octubre de 2015

UN ROSARIO DE TE QUIEROS PARA OLVIDARME DESPUÉS

Un año y poco más después, vuelve el templetillo escribiente. El templetillo nervioso, impaciente, inseguro, sensible, Vuelvo a coger el bolígrafo en forma de teclado para ir plasmando mis emociones, meditaciones y reflexiones. Puede que sea por poco, mucho tiempo o regular, solo el tiempo y mi inspiración lo sabe.
    Hoy 7 de octubre, la Virgen del Rosario. Día de la famosa Batalla de Lepanto, contra aquellos turcos que daban tanta guerra, como ahora la dan otros turcos y turcas, que no me-nos dejan respirar, avanzar y lograr. La Virgen del Rosario me deja su collar de rosas, para rezarlo en voz baja a mi manera, creando una propia letanía de deseos, anhelos y desvelos. Cuenta a cuenta se desgranan momentos, recuerdos y proyectos, entre padre nuestros y avemarías, porque hay que rezar, aunque no se crea, ya lo dijo la gran Chus Lampreave, porque sino te quedas como vaca sin cencerro, y ya bastantes cencerros y cencerradas he oído y sufrido.
         Rosarios de te quieros para olvidarme después, dice una canción de otra Rosario por nombre...¡ay el olvido! ¡ay los te quieros! siempre enganchados a furtivas y desfundadas historias en el otoño del año y de la vida. Rosario de años, meses y días, cuentas que corren en las manos y a veces resbalan, sin poder terminar el rezo y el responso. Ojalá la Señora dominica, la patrona de Caí y de tantos sitios, se acuerde de mi y me conceda los misterios de la salud, el trabajo y el amor, ahora que grises nubes se colocan en la azotea de mi cotidianeidad y en la neblina de mis adentros.

jueves, 2 de octubre de 2014

HOJARASCAS



   Olores a mosto. Grises nubes. Mantas que esperan.
    Rosarios de y sin la aurora. Otoño que reina y domina.
    Tormenta con calma. Hojarasca pisada que cruje y araña la tierra.
    Curso nuevo sin discurso y sin recursos. Curso del río que nos lleva.

   
        Dicen que es la vuelta a la normalidad, Si es que fuera posible definir que es eso. Por eso, yo me siento tan poco normal, que no anormal, porque eso sí, soy único, personal e intransferible. Otoño es la época del año que más me gusta, este mes de octubre que me suena a jota y a azafrán. En nada, el crisantemo traerá el invierno que aquí comienza un mes y medio antes. Poco a poco vuelvo a mi normalidad; de momento de vez en cuando escribo aquí. Y si, tú que me lees pero que no te atreves a hablarme, sigues con tu normalidad cobarde hasta que explote y te des cuenta de que estás ahogado en tu propia hojarasca. O lo mismo no.


                        Agua en el suelo. Pequeño lago.
                        A veces me meto en charcos.
                        A veces salgo, porque no entro.
                        Mientras la hojarasca tapa el suelo
                        y en ocasiones el cielo.

domingo, 28 de septiembre de 2014

SAN MIGUEL, DEMONIOS Y VERANILLO

29 de septiembre. Jefe de los ángeles, Miguel alado, con espada justiciera. San Miguel cierra antiguos tratos agrícolas, termina vendimias y empieza el otoño casi oficial, aunque en ocasiones sea con un veranillo prolongado, de membrillos y soles, que alumbran las tardes cada vez más escasas, mas cortas, y el olor a mosto preludie el del azafrán que pronto cubrirá los bancales vecinos de cepas, tornando el morado de la uva por el nazareno de la más bella y efímera flor.
     Me encanta este santo. Su iconografía y devoción. Y el nombre, uno de los más bonitos para un hombre, y que además es de mi familia desde hace generaciones. Lunes festivo en muchos lugares, mirando al cielo amenazante con el que el santo general de las legiones angélicas a veces riega a sus súbditos y feligreses.  
    San Miguel vence siempre al demonio. A ese que tiene a sus pies hundido y derrotado. Un ser antropomorfo con alas de murciélago y rabo de dragón. No es el único demonio. Hay otros que no pueden representarse, porque el miedo, el silencio, el dolor, el hastío, la soledad...tienen difícil iconografía a pesar de ser demonios muy sueltos y abundantes. Me gustaría tener una espada mágica para vencer los propios y prestarla a quien la necesitare.
       Comienzo de curso y de discurso. Octubre ya cercano, que cerrará el portón del verano y el año que ya languidece. Mientras, a los sones de la banda de música, un ángel y un demonio serán portados a hombros en pueblos y ciudades. Y la vida sigue, con ángeles, demonios y otros seres pululando, rodeando, revoloteando.

                   "por San Miguel, los higos son miel"

domingo, 21 de septiembre de 2014

LO QUE EL TIEMPO SE LLEVÓ

Que no el viento. Vuelvo tras más de dos meses de reciclaje interior y exterior, tras más de sesenta días sin ganas ni desganas. El tiempo, siempre el tiempo, todo lo cura, todo lo atempera, todo lo hace irrecuperable. Contra reloj, he podido estar sin mirar el minutero, ni el sonido de tu wasap que nunca ha llegado. Ya es otoño. El tiempo corre, vuela, mata y da nueva vida.
   Llegan nuevos tiempos. Momentos nuevos. Un nuevo libro por abrir, leer y describir. Muertas y borradas quedan esas palabras y frases vacías, dichas por gentes vacías, con horchata en vez de sangre, con falsedad en vez de verdad. Tiempo al tiempo, porque os llegará el tiempo de no poder fingir más, no se puede siempre mantener vuestro irreal castillo de naipes.
        
              Tiempo, detente,
que es tan grande el consuelo
que mi alma siente...
¡Que duren mis anhelos
eternamente!.



     Comienza la semana. Siete tiempos en compartimentos. Tal vez me asome, tal vez no a diario, tal vez tarde, tal vez no. El tiempo siempre marca la inquietud y la inseguridad, y al mismo tiempo las corrobora y cubre. Lo dicho: el tiempo se ha llevado todas estas cosas y al tiempo me trae de nuevo, como la botella tirada al mar y devuelta a la orilla, espero que para vosotros con mensaje, con corazón, con la inmensidad de todo el tiempo del mundo.

jueves, 17 de julio de 2014

CHANCLAS

Estos días no paro de oír el ruido del "clas, clas" de las personas por la calle; sobre todo las que van y vienen de las piscinas, y marcan esa sinfonía lateral del golpe sobre el pavimento.
    Y es un ruido que me desagrada. Será porque no me gustan las chanclas, y menos las de la fotografía. Una vez de niño, me compraron unas y no soportaba tener el dedo gordo del pie separado de los demás por ese trozo de plástico. Además que me da un cierto pudor enseñar mis pies, no sé porqué, aunque los tengo bien bonitos, y huelen bien jeje Prefiero las zapatillas de esparto y tela, a modo de chancla, tanto para la casa como la calle, azules o rojas, me hacen sentir cómodo y bien.
      Parece ser que estas de la foto son chancletas y las chanclas son las que tienen una tira de tela o cuero que sujeta todos los dedos. No sé la verdad, pero yo no soy cliente de este calzado. Ahora que lo pienso un día hablaré de los zapatos, que es algo que me encanta, si pudiera sería como Imelda.
      Ruido de chanclas. Que no, que no me gustan. Y es que como dice un amigo mío en cuestiones de amores. "pa chanclas, descalzo", pues eso, descalcito y solo, o con mis alpargaticas.
    Y esta noche ya es verano verano, que parecía que no iba a haber..pues la Virgen del Carmen ha dicho que ahí va eso. Refrescaros y a dormir.

miércoles, 16 de julio de 2014

DIECISÉIS, EL CARMEN

 Echo de menos hoy el mar, Señora de marineros y barcos embarrancados. Estrella marinera, Virgen del Carmen preciosa que llenas de olas y sales las noches de julio, en la soledad de otro mar que no es de aguas, sino de llanos y páramos.
     Mar en calma, entre tormentas. La Virgen del Carmen media julio, y pasea en barco, a modo de andas, sin hombros, pues son las aguas marineras las que la mecen y miman.
      Muchas Cármenes templetilleras, muy devoto es templetillo de esta Virgen de hábito marrón y manto crema, con el escapulario bendito, que proteje y sana, y que un niño hace años, en su tierna ignorancia, preguntó aquello de: ¿que es es bolsito que lleva la Virgen?
      Miércoles de trabajos y rebajos. Recuerdos de calores en tierras sevillanas, donde el Carmen reina desde el puente trianero a la Macarena, desde Rioja hasta Santa Catalina, desde la Alameda hasta San Leandro. Cármenes en el mar, en la sierra de Liétor, en las tierras adentro, en las almas y los corazones.
   Noches calurosas por San Cayetano, viendo el blanco palio de la patrona carmelita coronada por Córdoba. Y la reina del otro lado del puente, que no se asoma hasta los Peligros, esperando la pronta bajada de la Fuente Santa, a la que recibe y despide.
      No podía dejar hoy este día. Y desearos un buen día, un mejor mes, un maravilloso año. Dieciséis especial, porque es la Virgen del Carmen, que hasta nombra uno de los números de los cupones de los ciegos.
     Carmen, Carmen, Carmen, te quiero y tú lo sabes. Y yo sé que tú también me quieres y me guías.