Suite del colesterol. La morcilla, el chorizo y la guarra son la trilogía más típica del embutido tradicional manchego, secado y frito días después de preparados, sin olvidar el lomo de orza y las costillas en adobo, a los que se les dedicarán posts más adelante.
En estas semanas de "mataeros", cada vez más escasos y más entrañables, y con las escarchas y heladas a la orden del día, estas viandas son el complemento ideal para combatirlos. Aunque en pleno verano, con sudores y calimas, también se da cuenta de los tres alimentos citados, con una cerveza fría, en las tascas del paseo de la Feria.
Lo que más me gusta es la morcilla. Es especial, tal vez porque sea lo que más trabajo lleva. Esas calderas enormes, cociendo los kilos y kilos de cebollas, previamente peladas. Y luego las sartenes repletas de pisto o arroz para su relleno y mezcla con la cebolla, llenando las tripas lavadas con esmero, y atadas pausadamente, formando las ristras. Me vienen a la mente las imágenes de aquellas cañas colgadas en torno a la chimenea, de las que pendían estos colgantes negros, que asadas son también para chuparse los dedos, y fritas, sobre todo el día del "fritorio" que es cuando más exquisitas saben, más se disfruta.
Los chorizos también se devoran con ganas. Muy diferentes los que se compran en las carnicerías, a aquellos que las mujeres de mi "Volver" particular, elaboraban con tanto mimo, mezclando con sabia precisión las diferentes especias para darle sabor y consistencia. Me encantaba comerme el picadillo ya adobado de los chorizos, que mi abuela apartaba antes de llenar las tripas y fabricarlos, y que al pasar por la lumbre, era la más exquisita de las carnes picadas, y que ya nunca más volví a probar.
Para cerrar la "guarra". Delicatessen. Delgada longaniza o salchicha en tripas interminables, partidas con esmero. En otras comarcas llamada "güeña" y que entre el pan crujiente, sobre todo de rosca o de pueblo, es un montadito que relame y derrama la gula por nuestros paladares. Y si no, acordaros de los que ponen en los arcos de la feria, en esas noches de septiembre, que por cierto que mes tan bendito, por la feria, las vírgenes y las personas ilustres y queridas nacidas en él.
Cierro esta semana con gastronomía. Que ha habido mucho santo, santa y virgen. Y muchas emociones, y muchos hallazgos, y muy buenos momentos. Gracias por seguirme, por leerme, por estar ahí.
Cuando queráis nos tomamos unas cañas con un platico como el de la foto ¿de acuerdo? irsen apuntando!
¡Me apuntó!
ResponderEliminarLo bueno engorda y lo deseado alimenta.
Prepara un cargamento de gula gorrinera y hacemos una sentada templitellera. Je je je
¡Te cuento! No encontramos el famoso queso premiado por ningún sitio, "esta agotado". El monumento más visitado de España tampoco lo tiene en existencia .
Buen día......
Por favor!! Con el hambre que hace a estas horas (12:17 minutos)!! Te mato!! Bueno a mí apúntame a un platico de esos... aunque sea ir a Albacete y volver corriendo... o mejor dicho, rulando!! Jajaja. Por qué nos gustarán tanto las cosicas del cerdo, si luego son tan malísimas y llevan tanto colesterol?? Yo creo que nuestro cuerpo, por naturaleza "tiende al mal"... y eso es mucho "mal". Cierro que se me hace la boca agua!! Jajaja. Besos y buen fin de semana. Gúmer.
ResponderEliminarYo también me acuerdo de cuando se hacían los mataeros.....el gorrino chillando y medio pueblo en la casa para ayudar y para criticar al otro medio.....jajajajaja....me encantaba cuando freían el lomo y las costillas, o cuando metían el embutido en las tripas...se está perdiendo tó, jomío......y luego llegábamos en verano al pueblo los abarreorzas...jajajjaja, a comernos el gorrino que quedaba, ahora con tanto colesterol, y que no queremos estar gordas, como dice mi madre, ya apenas si comemos gorrino, con lo bueno que está leche.....
ResponderEliminarLa Polo
Que bien se pasaba en los mataeros!!!! lástima que estén en extinción. Aunque puede que tengamos que volver a ellos. ¡Que bueno todo, y digo TODO, porque del "gorrino" me gusta hasta los andares, ja, ja..... Yo también soy más de morcilla, aunque al resto tampoco le hago ascos, pero ningún asco. También me apunto a las templecañas-mariscogorrineras, que se j...a el colesterol y los michelines. Comer es un placer, y más, cosicas como estas que no se comen a menudo. ¡Apúntame!.
ResponderEliminarJa..ja..ja..me apunto a esas cañas ... y si no con un buen vino de mi pueblo, ademas, yo pongo el vino. Escucha Juan, si estaba recien cenado y me ha entrado otra vez hambre, eres un provocadooooooooooor.......jajajajaja.....
ResponderEliminarme apunto, me apunto! joder, acabo de cenar y has conseguido despertarme el hambre otra vez. Cuánta gente me ha descrito esas mismas escenas de las matanzas, y cuánto me gustaría haber participado en alguna. Mi padre las describe como algo más que el hecho de preparar embutidos y demás viandas para el año, sino como una auténtica fiesta en la que participaban todos los vecinos y familiares. Un abrazo... y qué lujo tenerte esta tarde en el auditorio!
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