Nunca había colegio esa tarde; el día de San Antón lo esperábamos los chiquillos como agua de mayo, porque era media fiesta como el Jueves lardero, y suponía ir a hasta el asilo, más allá de la fuente del parque, casi en las afueras, a visitar al Santo eremita y a los abuelillos allí acogidos.
Todos los años besábamos el pié al santo y tocábamos la campanilla que llevaba el gorrinico al cuello, y nos llevábamos la estampa y la medalla, para llevarles a los ancianos tabaco y caramelos, y llegaban las gentes con sus animales de todo tipo, en aquel vetusto edificio de la hijas de Teresa Jornet, que tienen el mejor patronazgo de orden, ni más ni menos que la Virgen de los Desamparados.
A la salida había que comprar barquillos, dátiles y cidras, y si se podía algún juguetillo, alguna baratija y emprendíamos el regreso avenida de Rodríguez-Acosta abajo. Hoy se acababan las pascuas, todo el conglomerado navideño y ya se olía a candelarias y sanblases. En algunos pueblos aún el gorrino Antón corría indómito por las calles, alimentado por el vecindario y mi abuela me contaba las luminarias de aliagas, tomillo y sarmientos que se hacían en su víspera, para al día siguiente hacer las vueltas de caballerías de más animales alrededor de la iglesia, para lograr la bendición.
Ya es la única romería que queda en esta ciudad devastada; la única ermita, metida en un moderno geriátrico, la última tradición conservada de aquel Albacete rural, devoto y castizo, de sus veintitantas ermitas, de sus refajonas y damas de polisón. Yo no soy muy animalero, pero a veces sí un poco animal; en ocasiones un poco fiera asalvajada y en otras un perrillo que sólo busca una caricia, un poco de calor. Feliz día a los animales, a las animalas, a los Antones y Antonas...Comienza una nueva semana, y este año, el 17 de enero lo vivo desde cerca, pero lejano, porque el agotamiento hace ya mella, y no es momento de demasiada fiesta ni de demasiada normalidad.
claro, este blog es tan culto que no vamos a hablar de equidos ni de carrá ni de cabezazos... o de equidos dando cabezazos bailando a la carrá... para hacer bien el amor hay que venir a parquesur...
ResponderEliminarNunca he ido al asilo, es una pena que se pierdan las tradiciones solo nos van a quedar los centros comerciales.
ResponderEliminarPues a mi me gustan los animalicos mucho. La verdad es que es un día que recuerda a la infancia como un día especial.
ResponderEliminarFeliz día de San Antón y adiós a la navidad!!!!
Debemos congratularnos de que con San Antón acaben las pascuas y un, siempre demasiado largo, periplo hospitalario del que también nos despedimos con la mejor de las noticias. Un besazo pa'la María que, como su hijo, también nos debe una caña.
ResponderEliminarBesitos asuncionistas para un sufridor de gran corazón.