sábado, 8 de enero de 2011

CRONICAS HOSPITALARIAS

      Me pareció más un crepúsculo que un amanecer; porque el principio del día no se ve igual desde el ventanal de un hospital, que desde la ventana de tu casa. Aquí se transforma la percepción del tiempo, de las cosas y del pensamiento. El contínuo trasiego de gentes de blanco y verde, de carritos, de ir y venir, mezclado con el dolor, la incertidumbre y también la esperanza, hacen un conglomerado un poquito difícil de digerir por quienes no estamos acostumbrados a estos lugares. Vía, suero, camilla, clasificación, scanner...raro noménclator, para los que somos legos en este mundo, que casi siempre se nos viene asfixiante y aterrador. También los silencios de estos lugares, aún en medio de tanta gente, una quietud también distinta, también complicada. Al tiempo sigo entrando y saliendo de este castillo con horario ininterrumpido, llevando la armadura de San Jorge, el escudo de la Virgen de los mil nombres y del Angel de la guarda, que en estos días me ha enseñado la cantidad de seguidores humanos que tiene, y que hora a hora, minuto a minuto me lo están demostrando. Y cae la noche, y el tiempo se ralentiza, se multiplica por tres y sigo esperando una nueva libertad en forma de salud y hogar.

2 comentarios:

  1. Piensa en positivo, el hospital es la ITV de los cuerpos. Ojala que pronto esteis en casita, y otra cosa positiva... como el cielo de albacete no hay nada, yo por verlo me iria al hospital si hace falta... :)

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  2. Aunque no sea un buen inicio de año, ya verás como todo termina por solucionarse y podrá volver a su casa. No hace falta que te diga que son cosas que no trae la vida, unas veces buenas y otras no. Muchos, muchos besos reconfortantes.

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