Paciencia, Señor, paciencia; déjame que pueda destilar el tiempo, que la zozobra de la inquietud y el ansia se me diluyan,
que la espera sea dulce y deseada,
y que la prisa no sea mi aliada y consejera.
Humilde Jesús pensativo, mi otro cristo sevillano. El otro extremo del que es Gran Poder que todo lo puede. Cristo sentado, en su calvario, espectador del suplicio, reflexivo silencio ante la vida y la muerte. Dulce mirada que en tí tengo, hombre maltratado que espera un abrazo, una sonrisa.
Mi Cristo de los Terceros, que llevas en tu linaje el aguante y la sencillez, que te pido que me mandes y de ellas me llenes. Hoy me impaciento porque sea domingo de ramos o por llevarte un ramo un domingo, y hablarte de lejos, mis confidencias.
Madrugada dura, ¡ojalá fuera sevillana madrugada! y que humilde y paciente me acompañara la Salud que desde San Román, es más que salud, un consuelo gitano.
Hoy me muero por Sevilla, por mis cristos y mis vivencias, y un poco aterrado pienso en la salud, que con nombre de mujer nos sana desde san Isidoro, San Gonzalo y las Avenidas, otro sueño de algunos locos, de algunos buenos amigos. Al tiempo, se apagan las luces de pasillos, y empiezan a callar las enfermeras...
¿Y quien te dice a ti, templetillo, que en esta madrugada de calles que se apagan ante el paso de la cofradia, no son esas calles, los pasillos de un hospital?
ResponderEliminar¿Y quien te dice a ti, mi amigo y casi hermano, que nuestro padre que todo lo puede, no solamente esta presente por medio de una estampa?
¿y quien te dice a ti, compañero de mis penas, que el calvario donde se asienta el Cristo de los Terceros, no es sino la puerta, el arco de nuestra Esperanza?
Acaso el Señor de la humildad y paciencia no espera? aunque esa espera sea su suplicio?
¿Quien dijo q la vida fuera facil?¿ por qué no nos entregaran al nacer una guia? un prospecto de un medicamento que nos ayude a vivir?
Quiza la vida, sea eso, la vida en si misma, aferrándonos con los ojos bien abiertos, no sea, que sin darnos cuenta,en un pestañeo del alma, se nos este escapando de entre las manos...
cofrade de la palabra, guarda de ángel santacruceño, siempre ahì, compañero mio de las soledades en la noche, fiel y necesario compañero. Pronto iremos a San Lorenzo, ¿verdad?
ResponderEliminarQuizá también esa misma Salud que nos vela desde San Isidoro, San Gonzalo y Las Avenidas, la misma que se viste de almagre y oro a finales de mayo en Córdoba, se transfigure en mano de enfermera o galeno y sane y acompañe a quien nos quita el sueño, devolviéndonos-le la Paz y la Esperanza, también gitanas y cordobesas para seguir adelante, avanzando por este camino a veces amargo y lleno de piedras que hacen que nos sangren los pies y otras cubierto de plumas y petalos de rosa que acarician nuestro espíritu, animándonos a seguir caminando bien para pasar cuanto antes las piedras, bien para ver hasta donde llega la suavidad de las plumas.
ResponderEliminarLezembuquito que arte¡¡¡¡¡
ResponderEliminarGracias Ris.
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