Estoy nervioso; siempre me pasa igual los días cercanos a ese maravilloso segundo domingo de mayo. Tantos años que soy testigo del cielo azul de Valencia, que se me muestra más bella que en ninguna otra época del año, y también de ese algo que se percibe en el ambiente y no se sabe muy bien que es. Porque es algo tan grande esta Virgen del Amparo de los desamparados que concita en ella una fuerza, una ilusión y una llamemósle magia, que son difíciles de explicar y contar. Y yo estoy entusiasmado con Ella, que desde niño velaba mi sueño en la cabecera de mi cama, y que sigue escuchando mis sueños y mis despertares, mis risas y mis llantos, mis compañías y mis soledades. Pienso en revivir el escalofrío al acceder a su santa capilla, al reencuentro con la Mareta que baja la mirada y me lo dice todo, provocando el mayor cataclismo en mis sentimientos, como las flores del tapiz y de la más bella inundación de color y pétalo, me saca todo mi adentro a flor de piel. Y conmigo, mi gente de Valencia, con los que me unen tantas cosas, y entre ellas y de una manera destacada el sentir, el querer y el venerar a la Marededeu, la perla del Turia, la Virgen bella y morena de Mayo, Señora del Refugio y del Amparo.
Regreso a casa con la emoción en los ojos y en el alma. Un año más la Mare de Deu ha mirado a sus hijos, a todos los que acoge bajo su manto, a nosotros, desamparados a los que no falta Su Amparo. No me extraña que nuestra Mare de Deu dels Desamparats sea querida e idolatrada por gentes de otras tierras, ¿verdad, Templetillo?
ResponderEliminarThe Best Moma
Muy orgullosos se pueden sentir los valencianos que lean este pos porque se nota que esas palabras brotan del corazon y van directamente a las teclas sin pasar por la cabeza. Impresionantes palabras amigo Templetillo.
ResponderEliminarSaludos
Horacio (Razieddu)