domingo, 2 de mayo de 2010
aquella pareja paseó embelesada por la vía grande, después del añorado reencuentro; la tribu femenina se reunió en el gineceo urbano en sábado de fiesta y siesta; aquellos otros vivieron la ilusión de los dos pequeños e idénticos comulgantes; él y tú, tú y ella ganasteis una tarde de tranquilidad al tiempo; vosotros anduvistéis aquí y allá, siempre en compañía, siempre en armonía. Se cerraron los tupidos visillos de mi ventana, al nacer el domingo, al morir el sábado y una extraña desorientación descolocó un día más de soledad y de un nuevo andén vacío
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Encantado estoy con tu nuevo blog. Como no, te acompañaremos en este recorrido, que, aunque con algún que otro esquizo tropecemos, lo esquivaremos. Un abrazo, J.
ResponderEliminarEsa desorientación no es buena.. a ver si vas a estar malamente de la cabeza... vete a que te haga unas pruebas alguna neuróloga o algo... o unas cañas si eso...
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