Las ondas de la mujer morena cordobesa de Julio, con aromas de toros y tragedias. O las abuelas de Villarrobledo, bailando las torrás en un ladrillo, entre el cielo y el suelo. Aún me recuerdo a mi abuela con las tenacillas puestas, en ese peinado que nunca dejó, su moño de soguilla, de raigambre manchega.
Vuelve el pasado. Para muchas cosas no me gusta, pero para otras tal vez sea necesario. Porque al olvidar el pasado, pasamos de puntillas por el presente y no podremos vivir el futuro. Tenacillas y pinzas, de viejo latón, que prensaron los cabellos de las jumillanas también, esperando para subir a misa a Santiago. Viaje en el tiempo, cuando nos gustaría detenerlo y quizás rebobinarlo, no sé...
Guapas de pelo ondulado. Huertanas murcianas, cuyas ondas brillan entre la pedrería de su barroco traje. Copleras antiguas, de años treinta y cuarenta, entre piconeros, falsas moneas y días que nací yo y tú, y vosotros. Peinado complicado, de elaboración con tiempo, como son las cosas del día a día, siempre trabajosas y más vale que despacito, pero seguras, que sino pasa lo que pasa, y me toca ponerme tonto.
El verano ya es sólo un recuerdo y una hoja arrancada del calendario. A pesar de estos días de veranillo de San Miguel y de la Virgen del Rosario, que ha querido poder disfrutar de su día entre soles demorados ¡Veremos a ver si la Pilarica no se moja!
Es un peinado que nos transporta al Hollywood de los años dorados. Ondas de aire retro, glamourosas, que nos recuerdan a las grandes divas del celuloide. Y, a la vez, estas ondas al agua -que suelen caer sobre uno de los lados del rostro- son un peinado 'muy español'. Esto se me ocurrió hoy, como un pequeño homenaje, como una reivindicación de "lo nuestro", en estos tiempos de desuniones, de rupturas y de desprecio de nuestras tradiciones e idiosincrasia. Una me dijo el otro día que se veía ridícula el otro día con este "look"...hay gustos para todo, gente para todo, y temas para todo. Hoy tocaron las ondas al agua, y mañana Dios dirá!
Y lo dices tú. Que de mantener las tradicones sabes mucho. Un post muy bueno.
ResponderEliminarQUE BUEN POST AMIGO Y QUE DÍFICILES SON DE HACER UNA ONDAS AL AGUA COMO DIOS MANDA.SON PRECIOSAS PERO TAMBIÉN ES CIERTO QUE HAY QUE TENER UNA CARA MUY ESPECIAL PARA LLEVARLAS ASÍ COMO UNA VESTIMENTA APROPIADA PARA ELLO,MUCHAS GRACIAS POR ESTA HERMOSURA,
ResponderEliminarAntes de hacerme socio de la Hermandad de Donantes de Pelo,a la cual tu hermano, también perteneces, yo tuve desde pequeño el pelo con ondas,
ResponderEliminarahora solo me queda su recuerdo, hace años deje de usar peines, ahora el brillo y la pelusilla puebla nuestras sienes.
Por cierto. ¡Qué guapa la muchacha!
ResponderEliminarLas ondas en el pelo, los jazminez, "en una palabra florecillas", aderezos y peinas. Junto con la Mantilla de España. Son y serán siempre actualidad y no pasara.
ResponderEliminarPara grandes eventos, solemos vez esté tipo de embellecimiento de las féminas. Para lo diario, que a lo que nos tenían acostumbrados nuestras abuelas, nada de eso vale, por las prisas y por ajetreos cotidianos. Antes se tenía más tiempo para todas esas cosa y no había lavadoras, robot, lavavajillas, ni un sin fin de ayudas domésticas y la mujer era de casa y no tanta actividad laboral.
Pienso en reconocimiento a la mujer, que es mejor ¡ahora!. Un pelito corto ducha rápida y a la calle, al hacer diario. En las grandes ocasiones, ondas al pelo y melena suelta.
Bien día. Templetillo...........
sencillamente precioso!!!!
ResponderEliminarEse peinado se llevaba mucho antiguamente,tengo fotos de mi abuela en las que aparece con ese pelo, me parece muy bonito, y la muchacha lo luce con mucha gracia, pero ahora vamos despainas y con to el pelo en la cara cómo si llevaramos visera y nos vamos a quedar ojizarcas....según la Ague....
ResponderEliminarLa Polo
Me ha encantado el post.
ResponderEliminarPolo... la Ague es una mina... dale un beso de mi parte.
Y tú... presentale la muchacha al Nelibrí, a ver si sacamos punta.
Por cierto, antes se lavaban menos el pelo
Pepi
Recuerdos de mi más tierna infancia, cuando observaba a mi abuela frente a su neceser repleto de tenacillas, peinetas,cosquillas y cerillos humedecidos, acicalar y modelar sus rubios cabellos, los cuales he heredado en mis genes.
ResponderEliminarAparte de la peculiar forma que tenía de utilizar aquellos artículos metálicos que tanto morían en los dedos, los condenados, lo que más me llamaba la atención era, aquella larga trenza que cuidadosamente iba enrollado mi abuela en su nuca y sujetándose con tantas cosquillas para confeccionar aquel precioso "rodete". !!que suplicio!! Pensaba yo, para sujetar esa maravilla de cabello y crear está obra de arte.
gracias por hacerme recordar estos maravilloso años de dulce de membrillo y pan con vino y azúcar para merendar.