martes, 31 de julio de 2012

SEGUIDILLAS MANCHEGAS

van por tu calle, como van tan deprisa no las ve nadie...""   Seguidillas en la noche de verano, baile por excelencia de la tierra mía, y cantar, que echa coplas al aire, para que los molinos las expandan por el cielo. Siguen las seguidillas manchegas por las provincias, haciéndose manchegas de Albacete y Hoya Gonzalo, meloneras de Daimiel y culipardas, torrás de Argamasilla y La Solana, boleras, señoriales de Membrilla, corridas de Madridejos y Ontur, fundiéndose con la jota, manchegas de Alcázar, y tantas más, con diferentes ritmos y tonadas pero la misma base y esencia.
     Seguidillas serranas, de la tierra parda, con sus primas caravaqueñas y cehegineras, y poblatas nerpianas de sabor granadino, toreras y alpargateras de los campos de Hellín, hechas de esparto y pleita. Seguidillas de Marchena y Lebrija, eslabón perdido entre la esencia manchega y la gracia andaluza, con copla por sevillanas y pasos de salto y brinco, como las nazarenas de Dos Hermanas, hijas las dos de aquellas que Cervantes ya conoció y de ellas habló. Tal vez si esto fuera Cataluña, sería de obligado cumplimiento su aprendizaje y difusión, pero esta tierra es adusta, seca y escueta y nos importa más importar modas de fuera, copiar de las regiones vecinas e incluso dejar desaparecer eventos de exaltación de tan histórico e insigne danza.
         Parrandas lorquinas y del Puerto Lumbreras, de Vélez y de María, Seguidillas de Albox, ya en la Andalucía. Y en Totana y en Lorca manchegas murcianas de alegría infinita, con fuertes postizas, y marcados taconeos. Porque hasta en Canarias, Chile y en Filipinas se bailan las manchegas, y aquí prefieren danzas del vientre y coreografías saloneras.
    Seguidillas de la sierra valenciana, de la Font y la Foia, mirando al bolero con envidia y respeto. Hoy me siento danzarín en la noche, recordando el soniquete y el trenzado, con matalarañas y tijeras que en vilo marcan el paso. Destensionándome de tantas tensiones, empiezo el saludo y paseillo y comienza el baile: un, dos, tres y sigue y se pasa, se acaba...

              "y al estribillo, y al estribillo
                una pulga saltando rompió un lebrillo
               y al estribillo, y al estribillo
                haz de quedarte mozo por ser tan feísmo"

              Bien parao, y colorín colorado, esta seguidilla se ha acabado.


7 comentarios:

  1. me ha encantado esta entrada!! y me encantaría escuchar estas maravillosas seguidillas manchegas. No hay nada como la música de nuestra tierra, España es muy rica en ritmos y melodías populares que son el origen de las más grandes obras de los mejores compositores españoles y también de los extranjeros.

    Joaquin

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  2. anda que quedarte mozo viejo por sen tan feismo....que cruel....jajajajaja
    muy chulo el post, de esos en los que aprendes, porque una de seguidillas sabe bien poco o más bien ná....
    La Polo

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  3. Yo recuerdo haber bailado manchegas cuando me enseñaban en mis tiempos de crío... hace ya unos siglos, jajajajaja. "Ráscate, rasca, rasca... ráscate el moño, ráscate el moño"... Acabábamos sudando como pollos!! Pues sí, nene, estoy contigo: bailando una manchega se suda bastante más que con media clase de spining!! Jajajaj. Pero es más "in" la danza del vientre... o lo último ya: la "biodanza", que sé que existe pero no tengo ni pajolera de lo que es. Ala, feliz último día de julio. Besos. Gúmer.

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  4. Más razón que un Santo tienes Juanito (como diría mo.abuela) ya está bien de tanta tontería de bachatas ni danzas horas que algunos y algunas parece más que bailar,están pasando huevos o casando jueces con las caderas. A ver cuando nuestros hermanos latinos del otro lado del charco o nuestros vecinos magredies, aprenden un po o de cultura de este bendito país al cual han venido entre otras cosas a ganarse el pan de cada día (cosa que respeto siempre que sea honestamente), como tú dices en este país somos así de abiertos pero al final nos haremos ignorantes por perder nuestras propias raíces.Joooooooood.........perdón.he dicho

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  5. La seguidilla no es fácil, no se deja querer, cuesta coger su ritmo endiablado, controlar sus tres pasares y sus bienparados sucesivos, pero cuando la entiendes, cuando te engancha...ya no te suelta. Y se ennoblece y se hace bolero (¿que es un bolero sino una seguidilla lenta?),se introduce en las Danzas en forma de parranda en Caudete y Biar, y se convierte en un apoteosis de valencianía y complicación en las seguidillas de Carlet, que no en vano está en la ribera del Júcar, tan valenciano...y tan manchego

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  6. Me ha gustado muchísimo este artículo. Como ya te dije a ti, ojalá lo leyera más gente además de los templeseguidores. Tenemos muchas cosas en esta tierra que deberíamos valorar más y, sin duda, la seguidilla es una.
    Por lo que comentabas de Cataluña, ya que si te quieres presentar a unas oposiciones allí tienes que saber catalán, a lo mejor sería una buena idea obligarles a ellos a saber bailar seguidillas cuando se presentan aquí; así no estaríamos en desventaja (y de paso sacamos tajada tú y yo enseñando a tocarlas y a bailarlas en academias oficiales) ¡menudo negociaco! Un abrazo, JK.
    PD. Sugerencia de post futuro: danzas ancenstrales de hombres de la provincia, que me interesa el asunto ;)

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  7. Me encanta el post de Lluis. Es taaaaaaaaaaaaaan verdad. Esas seguidillas bien bailadas que no son fáciles tampoco, pero que lo parecen. Y que hay de tantos tipos hasta llegar al bolero, que tanto te gusta, aunque queden eclipsadas por otros ritmos.

    Hay que bailarlas bien. Con refajo corto (y encañonao).

    Besets

    Desamparados

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