CAZÓN EN ADOBO

Hoy: pescado. Y uno que me encanta, muy del sur, que me recuerda aquellos años de mis primeras semanasantas sevillanas, donde tantas cosas descubrí, y entre ellas, este delicioso plato.
La elaboración consta de un majao (majado) de ajos, pimentón y orégano; al cual se le agrega vinagre de Jerez y en esta mezcla se suelen dejar las rodajas de cazón de 8 horas y una vez pasado este tiempo se enharinan las rodajas, se fríen en aceite de oliva y se sirven a la mesa.
  El cazón es una especie de tiburón, fíjate tú. Yo no lo sabía, con lo cual soy un glotón de este pescado que tanto miedo da, y eso que no vi las películas del dichoso pececito uh uh uh! También se le llama a este plato "bienmesabe", y es un título apropiado, porque a mi me está super rico y me sabe de maravilla.
     Es muy famoso el adobo, así a secas, de Cádiz, pero yo me quedo con el sevillano, porque es allí donde más lo he degustado. En tantos lugares como Las Columnas, El Ambigú, El Potaje y las terrazas de la Alfalfa. Con una cerveza fresquita es un maridaje perfecto, un ritual de jueves santo, un sabor y un olor asociado a vacaciones y pasiones; sí pasiones, de todo tipo...
      Hay otros tipos de adobo, como el que se hace por aquí para las costillas o el lomo, que ya tendrán su post dedicado. Y alguna gente se "adoba" a sí misma como popularmente se dice por estas tierras de La Mancha, que parecen gallegas con tanta agua, no sólo con la comida, sino con el vinagre en la que envuelven su corazón y sus actuaciones.
    Y de estos adobos huyo, que me sientan mal. Pero me "espisco" por un cazón que me sepa bien, que os sepa bien también a vosotros. Ya va oliendo a semanasanta, y a Andalucía, ¡quien sabe si a resurrección también!