No concibo el miércoles ni la semana santa sevillana sin este crucificado. Sin ese esbelto paso, de espigados candelabros, que custodian el monte de claveles rojos, tachonado de lirios morados, como lunares de flamenca, hechos nazareno y sangre.
Recuerdo de otros años, cuando recién llegados a la vieja estación sevillana, y cargados de maleta, íbamos a verlo con impaciencia, con ansia, por Fabiola, Madre de Dios o Santa María la Blanca ¿te acuerdas Pepi? La cofradía de San Bernardo es una de las más numerosas, de las más populares, que cada miércoles resucita un barrio devastado y casi desierto. Negro y morado, luto y hábito, nazarenía de cepa.
Y se llama Cristo de la Salud. Como el nazareno pequeño que cada martes santo llena de Candelaria los jardines de Murillo. O como el Crucificado de los carreteros, señorío y empaque del viernes santo. O como el Manué, Señor de la Salud, consuelo gitano, madrugada de bulería. O el Ecce Homo de San Esteban al que hay que pedirle buen viaje y SALUD, y es que es lo más importante, no me cansaré de decirlo y a tí, mi cristo callado de los toreros, te la pido e imploro.
Y que seas mi Refugio. De miedos, humillaciones, silencios, cuitas y tempestades. Salud y Refugio, sagrados titulares. Una vez un costalero tuyo se fue al cielo en la plaza de la Alfalfa ¡que no daria yo por vivir allí! y allí queda constancia y emoción.
Cristo de San Bernardo. Mi primera imagen de la pasión de las pasiones. Mi primer recuerdo. Mi primera ilusión. Haz que la recupere. Haz que vuelva a verte. Haz que siempre sanemos.
¿Quién no sintió por el puente
su emoción fundida en llanto,
mezclada entre nazarenos
de capirotes morados?
La Salud de San Bernardo, para mi también fue mi primera hermandad Sevillana en la calle y fue un miércoles santo que venia de viaje de vuelta a casa y con prisas por llegar a mi Córdoba, lo vi a primeras horas de la tarde por el puente San Bernardo, estampa que guardo en mis retinas, al igual que mucho momentos vividos en esta cofradía, como un día de Vía Crucis y su Quinario.
ResponderEliminar¡Algo mas tenemos en común! Jejejejeje....
¡Pero! hoy es San Juan Dios. Algo mas de Salud ¡Patrono de enfermos y cuidadores!.
¡Tu! Señor de la Salud, desde San Bernardo a los Gitanos, derrama Salud de Alma y Cuerpo y con la intercesión de San Juan de Dios, cura cuantas heridas estén abiertas y necesitadas de ti.
Buen día......
LXXV años del Cristo de la Salud en San Bernardo
ResponderEliminarHace setenta y cinco años que llegaba al barrio de San Bernardo el Cristo de la Salud, un vecino más del barrio de los toreros, que cumple tres cuartos de siglo desde su llegada aunque parece que lleva toda una vida.
Un grupo de jóvenes hermanos tras perder a sus Titulares en 1936 en los desagradables sucesos, se disponen a buscar a su nuevo Titular, llegando a encontrarlo en la Escuela de Cristo.
Según las Actas de la Escuela de Cristo, el 17 de enero de 1669, se encarga este Crucificado para presidir el Oratorio de la Escuela de Cristo de la antigua calle Colcheros, hoy Tetuán, ubicado también en el antiguo Hospital del Espíritu Santo, el que fue también el teatro San Fernando y el actual comercio,“CYA”.
El Hospital del Espíritu Santo se crea para atender a los enfermos de la buba o la sífilis. Trataban a los pacientes, se daban unciones mercuriales y fricciones con sales de mercurio.
Al crearse la Escuela en ese lugar junto al Hospital, se ayudaban a estos enfermos dotando de camas. Para esto fue realizado el Cristo de la Salud, para escuchar las plegarias de los enfermos y las duras mortificaciones ante su presencia en un Altar.
A lo largo de la historia ha pasado por la Iglesia de San Hermenegildo y el antiguo Convento de la Paz, sede de la Hermandad de la Mortaja para acabar en la Escuela de Cristo del barrio de Santa Cruz, situado en la calle Ximénez de Enciso en 1931, lugar donde solo permaneció siete años. Los integrantes de esta Escuela se propusieron recuperar los bienes perdidos y extraídos a lo largo de los años.
Allí permaneció durante este tiempo en un Altar a los pies de una Dolorosa que sigue recibiendo culto, arrodillada, con las manos cruzadas y mirada al cielo, confeccionada en barrio y telas encoladas, materiales barato de la época que se encargaban.
Delante del Señor se ponían dos tibias cruzadas en señal de la muerte de Cristo. A la salida, sus hermanos besaban varias calaveras pronunciando la frase, “Acordémonos hermanos que debemos morir ante Cristo”.
El Cristo de la Salud el Miércoles Santo por su barrio / ABC DE SEVILLA
Solicitud de un Crucificado
Los hermanos solicitaron al Cardenal Segura, una Imagen de un Crucificado que sustituyera al desaparecido, atribuido a Pedro Roldán, accediendo la Autoridad Eclesiástica a la petición en enero de 1938.
El 29 de enero de 1938, los hermanos de San Bernardo con su Hermano Mayor, Antonio Filpo Rojas y José Sebastián y Bandarán, dos de los principales artífices de tener en la actualidad al Cristo de la Salud como Titular de la Hermandad de San Bernardo, trasladan al Señor en un piadoso acto por el desagravio de las Imágenes perdidas y por la victoria del General Franco en la Guerra Civil, a la que le quedaba un año.
A su llegada a la Parroquia, se oficiaba una Función Solemne y un Besapiés en su honor.
Hoy podemos contemplarlo el Miércoles Santo procesionando por Sevilla, una talla concebida para recibir culto en un Altar, no está finalizado, su espalda no está concluída.
Escuela de Cristo
Es un Oratorio de uso religioso. En 1662 se crea el Hospital del Espíritu Santo, unas de las primeras de España.
Más de un siglo después, en 1793 se erige una nueva Escuela de Cristo en el antiguo Convento Casa Grande de San Francisco bajo la advocación de la Natividad del Señor.
Por necesidad un espacio apropiado de llevar una vida para realizar las prácticas de penitencia y divulgar el mensaje de Cristo, se compra un solar en la zona trasera a la Parroquia de Santa Cruz, actual sede de la Escuela de Cristo en la calle Xímenez de Enciso.
Precioso post, le tengo un cariño especial al Cristo de los arrabales de San Bernardo, mi primer Cristo en la Semana Santa sevillana fué la el Señor sediento de Justicia ( la Sed) en una primera jornada cofrade de Miercoles Santo,que como bien sabes, tiene en los Cristos crucificados su impronta y caracter único que lo distingue del resto de la Semana Mayor.
ResponderEliminarPero en esa primera jornada cofrade, acabó al igual que tu, maravillado al verlo subir por el puente iluminado por los focos del parque de bomberos.
Añadir, que como buena corporación pasionista muy unida a los toreros, los claveles que conforman el monte de su canasto son de un rojo especial, rojo oscuro, denominado asi en el argot de floristas.
Sangre de toro, de un Cristo de toreros,
el Miércoles Santo no sería igual sin el Señor de San Bernardo.
Hermano...qué poquito queda... ya presiento en mis manos la cera aún no derramada, saco del armario mi traje.
Ese traje que durante las jornadas cofrades, al llegar a casa, huele al incienso de una cofradía cualquiera.
Yo creo que el Cristo de la Salud de San Bernardo ha sido el primero para muchos de los amantes de la Semana Santa de Sevilla. ¡Y con las maletas! parecíamos Paco Martínez Soria.
ResponderEliminarYa verás como pronto volvemos a verlo.
Pepi
A ver, vamos a organizarnos que se nos acumulan los destinos: Positano, Florencia...y ahora Sevilla... es que me tengo que pedir un año sabático para ir a todos! A dónde vas en Seman Santa?
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