martes, 12 de marzo de 2013

EL CONDE DE MONTECRISTO

Volvemos al rincón literario, que lo tengo abandonado unas semanas. Con una novela de aventuras, de ese siglo XIX que tanto me fascina, con sus luces y sus sombras.
   El Conde de Montecristo es una obra que combina el honor, la amistad, la traición, la piedad y la venganza. Supongo que la habréis leído o al menos habréis visto alguna serie o película basada en ella. A mi me gusta mucho, aunque me agobia ese cautiverio a un inocente, tal vez porque todos, al menos yo, en alguna ocasión he sido injustamente acusado y casi condenado, y creo que es una de las peores cosas que pueden pasarte, de las más dolorosas y de las que crean mayor impotencia.
       Todos somos Edmundos; bueno hay gente que no, que no va de buena fe, sino que planea, traza sus tácticas. Esa gente normalmente pone buenas caras y engaña, como le pasó al pobre marino marsellés...enfin, en lo que no coincido es en su plan de venganza concienzudo y meditado, rumiado en tantos años de soledad y miserias. Tal vez porque creo más en la justicia que en la venganza, aunque mucha gente sale indemne, como muchos de los personajes, mejor dicho personajillos publicos corruptos de todo tipo. Por eso no se preparar venganzas, aunque si guardo el rencor y el resquemor, tal vez no debería, pero soy humano, y muy, muy imperfecto.
    En este libro, Dumas, toma referencias de otros escritos como las Mil y una noches, o Romeo y Julieta, y su estela de vengador justiciero ha servido de base para personajes posteriores como El Zorro o James Bond. Un conglomerado de personajes, con un retrato de la sociedad francesa de la época, considerando la etapa post-bonapartista, muy muy interesante.
      Soñamos con conseguir un gran tesoro. El conde lo consiguió en forma de diamantes infinitos, con los cuales se pueden conseguir todas las cosas materiales, pero no el perdón, ni la paz interior y sobre todo el que te quieran. Por eso vosotros, sois diamantes del arcón de mis más preciadas joyas, aunque alguna vez se coló alguna pieza de bisuteria, barata y mala, que afortunadamente está donde debe, en el cubo de la basura.
      Montecristo. Bonito nombre. En San Pedro de la Mancha, hay un restaurante donde se come de maravilla que se llama asï en honor a esta emblemática novela. Os recomiendo leerla, y sino ver la serie francesa con Depardieu de protagonista. Porque engancha, emociona, cabrea y al final, siempre hay un camino, aunque no sea el que pensamos en un principio, el que creíamos que tomaríamos.
      Y que alegría ver a Marywan de nuevo por aquí. Te necesi-to-tamos.
   
       

4 comentarios:

  1. Tenemos tantos Montecristos en nuestras vidas, tantas injusticias en la vida, tantos resquemores en la vida, tanta venganza. ¡Que es mas preferible leer a Romeo y Julieta!. Donde el odio, la venganza, orgullo rencor y la ira acumulada del tiempo. Al final triunfa el amor eterno!.

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  2. Completamente de acuerdo. Una novela extraordinaria. A quien no le apetezca leerla le recomiendo una película que debe de ser de 2002 más o menos. A ver si nos vemos un día y platicamos! Un abrazoO!!

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  3. Pues yo en este momento solo quiero vengarmeeeeeee. Ni con terapia creo que deje de sentir eso, porque hay gente que solo se merece que no los dejemos pasar como si nada hubiese pasado, si ha pasado....
    La Chi

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  4. No me van las venganzas, allá cada uno con su conciencia, y tampoco creo que al final todo lo que se hace en esta vida se paga o que el tiempo pone a cada uno en su sitio....desgraciadamente, hay gente que hace daño, que engaña, que miente, y al final queda impune...en fin no merece la pena malgastar tu tiempo en odiar a alguien.
    La Polo

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