con escolar plastilina sus santicos modelaba:
nazareno, dolorosa, san juan y verónicas santas,
en canastillas de papel, de viejo papel de plata.
Y no tenía más que la imaginación ganada,
porque no había internet, ni información alcanzada,
tan solo unas cuantas postales que como tesoro guardaba,
y un par de periódicos viejos de La Verdad murciana.
Y año tras año con paciencia inusitada,
aquel niño distinto, sus pasicos renovaba,
porque la materia era frágil y su arte no aguantaba,
más aquello, no le afligía, ni siquiera molestaba,
porque cada mes de marzo hacía pasicos nuevos,
porque ya era ¡Semana Santa!
Aquel niño creció y ya no hizo más pasos ni andas,
y cumplió su ilusión de vivir la sevillana,
y llorar y emocionarse y ver su Macarena guapa,
y en Sevilla descubrió,
con veinte años de tardanza,
que había niños como él,
que jugaban a la semana santa,
y que hasta había tiendas de sueños,
donde comprar candelabros, velas, palios y peanas.
El niño llegó muy tarde a esta soñada arcadia,
y con treinta años más, su cara recorrió una lágrima,
al ver en un cristal, aquellos pasos con alma,
que treinta años después otro niño realizara,
otro niño diferente, no manchego y si cordobés
¡QUE JUGABA A SEMANA SANTA!
Hoy! te dirán "amo a Córdoba".
ResponderEliminarDejaste la miniaturas de los paso andantes y de mayor andas metido entre retablo de devociones y arte.
Hoy en día las miniaturas de los pasos están, como todo muy prefabricado. En ocasiones vemos algunas de esas que te hacen recordar las andadas de niño y como dices en tu blo; te hacen recordar y brillar alguna que otra lagrima de añoranza y nostalgia.
Feliz Martes Santo!...
qué bonito! yo a ese niño me lo había comido, guapo!! te quiero y lo sabes.. besos
ResponderEliminarQué bonico eres! Vamos, que lo llevas en la sangre. Si es que de la forma que lo vives, no puede ser de otra manera.
ResponderEliminarMe has emocionado Temple... porque yo de niño también me hacía mis santicos de plastilina. Y en el fondo sabía que yo era "raro", porque no conocía a nadie más que lo hiciera. Y yo se los enseñaba a mis padres y a ellos les encantaba, pero sabía que no podía enseñárselos a nadie más... me hubieran tomado por un niño tonto o loco... No sé, era como una afición secreta, íntima. Por eso me identifico plenamente con este post y con tus sentimientos "semanasanteros". Disfruta de Córdoba que el lugar y la ocasión lo merecen. Un beso. Gúmer.
ResponderEliminarMaemia pa lo que soy yo, y me has hecho llorar y to.
ResponderEliminarQue ese niño no cambie nunca. Millones de Besos
La chi
Ay, qué requetebonico. Me parece estar viéndote. Un beso
ResponderEliminar¡¡Qué bonito!! y qué curioso, lo del escaparate. La verdad es que a todos los "raros" nos da por jugar a estas cosas. Yo no he sido nunca muy semanasantero, pero me hacia mis fallitas y mis falleritas. Pero conozco a más de uno que se hacía (y sigue haciendo) su propia "Descoberta" en casa...
ResponderEliminarcuantos niños de estos hay repartidos por toda nuestra geografía...y...¿sabes lo bueno de esto? Pues que el espíritu de aquellos niños perdura para siempre, pasen veinte, treinta o cincuenta años.....si yo te contara.
ResponderEliminarQuién será ese niño?!?! jaja qué bonito JK; no me puedo imaginar cuánto habrás disfrutado de la Semana Santa en tus últimos viajes, pero leyendo lo que sientes, consigues emocionar a los que te seguimos. Te cuento un secretillo...yo también soy de emocionarme en las procesiones!! ssshhHh! Un abrazo!
ResponderEliminarEs verdad que hay muchos niños así por toda España.
ResponderEliminar¡Que bonicos!
Pepi
Templetillo, descubro tu post ya pasada la Semana Santa, ya pasada la niñez...
ResponderEliminarMe has llevado de nuevo, como haces amenudo allí, a esa niñez que creí olvidada por las obligaciones de adulto pero que aún siento.
Sí, yo tambien fuí un niño de esos, como tú, que preferia hacer pasos de santos y cofrades a jugar a indios y vaqueros, a modelar con esa materia mágica de colores, figuras que solo en mi imaginación o en mi realidad existian y casualmente eran las mismas que tu imaginabas o sentias.
Otra vez me has hecho ser un niño, ha sentir como un niño, a mirar como un niño...
Gracias, ojos de cielo...
Gracias por tu post. Me has hecho llorar de la emoción, de describir una niñez idéntica a la mía.
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