jueves, 18 de julio de 2013

LOS CASTILLOS DEL REY LOCO

Hace veinticinco años estuve en Baviera. Mi primer viaje por Europa, mi primera sensación de independencia, de ser adulto. Baviera es como la Andalucía alemana, más alegre y vital que el gris y anodino norte. Jarras de cerveza enormes, aunque no tan frías como me gustan a mi y me las ponen en Gabanna, pero ricas, porque en la cuna de la birra, parece que saben hasta mejor.
     Yo estuve en los tres castillos o palacios de Luis II, el rey loco. Impresionantes construcciones del siglo XIX, rememorando otras del medievo o del barroco francés. Neuschwanstein es el castillo de las hadas, del Exín castillos, de Disneylandia, de nuestros primeros cuentos troquelados. Y mucho más bonito por fuera y de lejos, que por dentro y de cerca. Enclavado entre aquellos bonitos bosques, detrás del lago que circundan las montañas que en invierno se tiñen de blanco, las torres y almenas de esta fortaleza que soñó el rey atormentado, nos llevan a tiempos pasados de príncipes, damas, brujas y ¡fantasía! a veces necesaria para evadirse de este mundo, tan áspero en ocasiones.
     El rey bávaro huía de la corte en la capital y se retiraba, se aislaba en sus castillos o palacios. El versallesco Linderhof, pequeño joyero de artes y exotismos, con unos jardines impresionantes, que recibían el despertar de cada mañana de este hombre reprimido, que como tantos otros hubo de esconder su inclinación y su naturaleza en aquel siglo de sombras, como en este de libertades adquiridas, siguen haciendo otros, pobres marionetas de si mismos.
   Herremchiemsee. En medio de una isla. Recuerdo llegar en barca, un día de julio, plomizo y lluvioso. Se quedó a medio hacer, arruinado de tanta locura y grandiosidad. Con música de fondo de las óperas de Wagner, duras y majestuosas, de antiguas leyendas nibelungas y otras mitologías germánicas.

     Un viaje que repetiría. Porque yo también estoy un poco loco, y no me importaría tener un castillo particular, donde evadirme con mis caprichos personales. Y hacer alguna locura de vez en cuando, y ser el rey de algo o de alguien. Pero como no puede ser, pues no puede ser.
       Luis II era primo de la emperatriz Isabel, Sissí. Además eran aliados y cómplices. Como lo sois de mi vosotros y vosotras, mis fieles y asiduos lectores y comentaristas, que valéis un imperio y os merecéis un castillo.

8 comentarios:

  1. Luis II de Baviera

    Fue hijo del rey Maximiliano II de Baviera y de la princesa María de Prusia. Debido a su posición como heredero de la corona, fue consentido inusitadamente en algunos aspectos, pero severamente controlado por sus preceptores y sujeto a un estricto régimen de estudio y ejercicios. Algunos de sus biógrafos afirman que muchos aspectos de su excéntrico comportamiento pueden explicarse por la presión de haber crecido en la familia real.
    Pese a todo, su juventud tuvo momentos felices, como las visitas al castillo de Hohenschwangau y al lago de Starnberg con su familia. Durante la adolescencia, Luis forjó una estrecha amistad con su ayuda de campo, el apuesto aristócrata y actor Paul Maximilian Lamoral de Thurn y Taxis, miembro de una de las familias más ricas de Baviera. Los dos jóvenes cabalgaban juntos, leían poesía en voz alta y representaban escenas de las óperas románticas de Richard Wagner. La primera vez que el joven príncipe Luis presenció una obra wagneriana fue el 25 de agosto de 1861, cuando se representó ante él Lohengrin, y desde entonces mostró siempre un entusiasmo inusitado por la música de Wagner. Su relación con Paul se rompió cuando éste empezó a interesarse por las mujeres. Paralelamente, el príncipe había iniciado una amistad con su prima, Isabel de Baviera, más conocida como Sissi. Ambos amaban la naturaleza y la poesía, y en su mundo privado se llamaban «Águila» (Luis) y «Cisne» (Isabel).
    Buen día..

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  2. Luis II de Baviera

    A pesar de que se haya insinuado una relación amorosa entre Luis II y la emperatriz Sissi, hay poco fundamento para considerarla real. Su amistad, sin embargo, sí fue muy estrecha, reforzada por su afición por la hípica, la música y la naturaleza.
    A lo largo de su reinado, se conocieron varios enamoramientos del rey con hombres apuestos, incluyendo al principal caballerizo de la casa real, Richard Hornig, la estrella de teatro húngara José Kainz y el cortesano Alfons Weber. En 1869, comenzó a llevar un diario en el que registraba sus pensamientos privados y hablaba de tentativas de suprimir sus deseos sexuales y mantenerse fiel a los dogmas católicos. Los diarios originales del rey se extraviaron durante la Segunda guerra mundial, y todo lo que queda hoy son copias de escritos hechos antes de la guerra. Estos escritos copiados del diario, junto con cartas privadas y otros documentos personales que han sobrevivido, sugieren que Luis luchó contra su homosexualidad.

    Buen día de nuevo.

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  3. Luis II, también llamado el Rey Loco, deseaba vivir en un mundo de fantasía, y de ahí su búsqueda de refugio en los palacios castillos.

    Chao!. Buen día

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  4. Templetillo, de momento, creo q te vas a tener q conformar con sentirte rey, en Chinchilla, Almansa, Lorca, Villena o Monteagudo. Castillos al fin y al cabo. Q tenga unos muy Buenos Dias su Majestad.

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  5. Qué suerte tener ese memorión, ya me gustaría a mí. Con esos recuerdos tan detallados es como si estuvieras volviendo. Lo mio es más triste, he viajado un montón y he visto un lugar de sitios pero los recuerdos se van difuminando con el tiempo tanto que al final creo que solo guardo los de las fotos. Por eso soy la loca de las fotos.
    De los castillos que nombras solo recuerdo el de Neuschwanstein que me dio la misma impresión que a tí, más bonito por fuera que por dentro. Y el bosque donde está me impresionó. Yo acostumbrada al secano y con poca cultura bosqueril por entonces). Al ver la historia de su vida en la película del rey loco me dio mucha tristeza, con todo lo necesario para ser feliz y tan atormentado y desgraciado. No sé si estaba o no loco. ¿Quén define la locura?. Que levante la mano el que no tenga su puntazo. (cuidadito, piénsalo bien antes).

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  6. No te preocupes Mariyou, que para eso está la wikipedia, para refrescarnos las memoria, o para buscar lo que no encontramos...tú ya me entiendes....jajajaja....
    Pues por lo que cuentas tiene que ser bonito....buscaré a ver si a mi esposo le choca...yo soy muy de palacios, y si te gustan te recomiendo Viena, que allí sales loco con tanto palacio de la Sisi....que también estaba algo trastornada....como el primo, será hereditario????
    La Polo

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  7. La verdad es un castillo-palacio impresionante. Inspirador del archiconocio castillo de los parques "Disney.
    El de Alemania no lo he disfrutado "in situ" como tú, pero si su "hermanastro menor", el "Palacio da Pena" en Sintra, Portugal.
    Construido en la década de los años treinta del siglo XIX por el "rey artista" alemán, Fernando Augusto... de Sajonia-Coburgo-Gotha, rey de Portugal por su matrimonio con la reina María II.
    Imagino que no tiene ni punto de comparación pero tambien es muy romántico e impresionate por su enclave.
    Y como dice "La Polo" aquí siempre nos quedaran los de esta España aveces, más "madrastra que madre" pero tán rica y variada.
    Un abrazo fuerte, Juanico.

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  8. Como gran loco que me considero, también tengo mi propio castillo aunque sea en el aire, aunque nunca acabe de poner la última piedra....como decía La Mistral...y cren que estoy viantao o Cortez, tengo un castillo en el aire lleno de luz y de color, para llegar a donde nunca nadie pudo llegar usando la razón.

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