viernes, 23 de marzo de 2012

LA VERONICA

Y van cuatro. El próximo ya será la antesala de los días soñados, en esta semana que pareciese más navideña que otra cosa, cuando sobre los rescoldos de ninots y tracas, la nieve ha llenado de agua y purificación, esta primavera que ha entrado como un elefante en una cacharrería, rompiendo moldes y mitos.
      Como os dije, cada uno de estos viernes irá de una imagen de la santa semana. Hoy nos toca la Verónica, Santa Mujer. Una imagen que me fascinó desde niño con el lienzo en las manos, mostrando la cara del Señor, grabado en él. Creo recordar que la primera que vi en mi vida, fue la tobarreña en aquel jueves santo de mis nueve, diez años. Y poco después la hellinera, hecha por un sevillano que le puso el toque de hellinerismo en su peinado del típico moño de picaporte. Y la albaceteña de Fátima que sale al encuentro del nazareno todos los jueves santos, antes los viernes.
    Santa Marcela jienense, que precede al Abuelo más joven y devoto que recorre las calles empinadas de la ciudad del olivo y el Santo Rostro. Y la cordobesa de la Santa Faz, que desde la Trinidad me cautivó un martes santo, entre torrijas y risas. O la sevillana que mira con pena al Señor de la cruz al hombro, hijo de la Madre del Valle, ojos verdes del jueves santo más intenso, en la calle Laraña, en el corazón de mis emociones, por donde horas más tarde pasará la Esperanza andante y más bella.
     Y especialmente la huertana guapa de la luminosa mañana del Viernes Santo salzillesco, compendio del arte y de las artes, perfecta talla de estilizada armonía, canon y modelo para tantas otras.

         Verónica, patrona de los fotógrafos. Hija de Jerusalem, secundaria del drama principal del mundo, que con un velo enjugaste sangre y sudor, como a veces necesitamos que nos limpien y nos consuelen. Humilde, callada, como deberíamos ser, como a veces no somos, pronto en las calles de pueblos y ciudades, buscando al nazareno, al caído, al Hombre.
               
        Y en una semana, la Dolorosa, que mejor nombre, que mejor advocación (continuará)

1 comentario:

  1. Veronica, vero icono, verdadero rostro de Cristo,
    qué poquito queda hermano, pero que poquito, anímate y vente conmigo a Sevilla. vámos... ya tardas, cógeme de la mano y vente a ver la quintaesencia cofrade.

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