viernes, 9 de marzo de 2012

DE LA SOLEDAD

segundo viernes ya de esta cuarentena divina, que nos preludia la más esperada semana del año para muchos, que somos eso que llaman "capillitas" o semasanteros, que nos emocionamos con una imagen, una marcha musical, una saeta, un aroma, un silencio...
    Estos viernes de cuaresma, el pobre templetillo escribirá de algunas de sus imágenes, de sus sentimientos. La semana pasada del Señor de las manos atadas y túnica morada, como no podía ser de otra manera, por la fe que le tengo, por ser su día y por concederme la salud de los míos y la mía propia.
 Hoy es la virgen doliente de manos cruzadas, de saya blanca y manto negro, remedando el traje de viuda de la reina Isabel de Valois, y con el nombre, tal vez más bello, tal vez más triste: Soledad...la sensación de vacío y desamparo, en la más completa de las solitudes, que casi siempre nos llena de tristeza, de vacío. Como debió sentirse la Madre de Dios, tras enterrar al Hijo, como se sienten tantas y tantas personas que pierden un ser querido, que no reciben una llamada, un abrazo o un beso, incluso, rodeadas de gente.
    Virgen de la Soledad que en tantos sitios cierras el viernes de los viernes. Señora de la sobriedad zamorana, sencilla, casi humana. Paloma solitaria del barrio castizo madrileño que te saca con calores de agosto entre chulapas y chisperos. Soledad de San Lorenzo, con la última saeta en la plaza y la pena de que esta semana se acaba. Soledad cordobesa al pie de la cruz, en el monte calvario rodeado de naranjos del más bello patio del mundo. Soledades humildes de negro en tantos pueblos de mi tierra, con la cara transmutada de la dolorosa que baja los ojos y se resigna, se conforma en su pena. Soledades granadinas al lado del Darro y de San Jerónimo, clasicismo barroco al pié de montes nevados y palacios nazaríes...
      Devota advocación, callada, dulce madre de quien con nadie está, y a alguien espera. Blanco y negro, en la dualidad de la vida, ese yin y yan de la alegría y el dolor, de la soledad impuesta o la voluntaria. Luto de momentos en los que la vida se para, y la cruz está a nuestra espalda, como una espada de Damocles que amenazante, nos muestra algunos rostros, de quien está, o estamos solos, de la Soledad...

6 comentarios:

  1. LA SOLEDAD ETERNA DE UNA MADRE QUE PIERDE A SU HIJO,LA LEGRÍA DE SABER QUE VA A RESUCITAR.LA SOLEDAD ANTE LA CRUZ,LA IMPOTENCIA ANTE LA PÉRDIDA DEL AMOR,LA ALEGRÍA DE QUE TODO VOLVERÁ A SU LUGAR Y TODO VA A RENACER.

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  2. Como dice un fragmento de la oración de la Soledad de Zamora "que su soledad acompañe y conforte la nuestra por lo vacía o inutil que nos parece la vida muchas veces". Bonito recuerdo a una de las devociones más bonitas y de más bello nombre

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  3. Hermoso. Oremos para que después de toda Soledad venga Resurreción.

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  4. Soledad.
    También Patrona de la Ciudad de Badajoz, es más que un estado de ánimo, es más que un nombre...
    es una etapa intencionada o no de la vida... momentos íntimos, recuerdos que pueden ser más tristes o menos...
    Soledad... una advocación que es un signo de Esperanza.

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  5. Enhorabuena por esta entrada profunda y sentida, que aprecia y valora el recogimiento de la Soledad y su aflicción en aquellas tristes horas. Poéticas palabras para describir un misticismo que en ocasiones difícilmente se comprende. Magnífica labor la que realizas a través de tus diferentes páginas.

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  6. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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