Tras Medinaceli y la Soledad, hoy me llega al alma y la palabra, Jesús Nazareno de la Salud, el cristo de los gitanos. Y aunque mi devoción, mi pasión y mi querencia es el Gran Poder que nos llega racheando los pies, y que hace que el centro de mi mundo sea la plaza de San Lorenzo, este señor de primos y calés, es una debilidad, una emoción y una vivencia especial.
Porque me has venido al encuentro muchas mañanas de viernes santo, cuando el sol empezaba la pelea con los ojos semicerrados, tras casi veinticuatro horas de vigilia y plantón. Cuando el sueño quería vencerme y el cansancio, tu paso, de un dorado refulgente ¡gitano claro! me ha venido a la vista y al alma, humilde cristo de cruz a cuestas, con el más bello nombre y el más anhelado deseo: SALUD. Razón tuvieron aquellos castellanos nuevos, que hace siglos, en el arrabal de Triana te dieron este título, dulce y confortante de la Salud. Salud que se hace oración y bulería en San Román, cuando una Saeta te atraviesa el alma y rompe las lágrimas que se escapan e inundan mejillas y corazones, porque el Consuelo Gitano sale a la calle, en la madrugada de las madrugadas, humilde, cabizbajo, de piel aceitunada, cerrando el cortejo de hermandades señeras, tallas de siglos, silencios y esperanzas.
Y una vez más Jesús Nazareno, con su cruz a cuestas me llama y me llena, me ama y me llega, porque todos somos gitanos, a veces marginados, a veces con propias leyes...Y "Manué", emprende el regreso al Valle, donde están las Angustias más morenas y castizas, la esencia de una cofradía, de una raza, de una ciudad, de una fe.
Qué bien y cuanto me gusta todo lo que publicas,ahora bien que nos hace falta tener fe.un abrazo bsss
ResponderEliminarMuy bellas palabras que salen de un corazon para meterse en muchos otros. Que el señor nos de Salud!!!
ResponderEliminarAunque hoy es 4º Viernes de Cuaresma, y el Domingo será Laetare, de la alegría... y es que pese a la pasión y muerte aguarda la noche santa de la Pascua donde el Señor pasa y todo lo hace nuevo y si con Él morimos, con Él resucitamos de la oscuridad a la luz del único que puede brillar entre las tinieblas y vencer la muerte y alumbrar con la llama del cirio Pascual al mundo y a nuestro mundo, al de cada uno con sus problemas y fatigas, con su trabajo e inquietudes, con sus alegrías y proyectos. Es por ello que al contemplarlo portando la Cruz sólo nos queda agachar la cabeza, y con ello bajar de ese rascacielos nuestros egoísmos y orgullos y darnos cuenta que el Amor es quien vence, quien reina e impera. Alfonso.
ResponderEliminarQue bonito!!! y que bien escrito, ahora sólo hace falta que nos dé salud, al fin y al cabo sin ella casi no somos nada.....besicos.
ResponderEliminarNo puedo evitar acordarme de mi Fregenal de la Sierra, patria del Alma.
ResponderEliminarSalud, una de las advocaciones más bellas, Salud de los Enfermos, Fuente de Salud, Salud del Cuerpo y del Alma. Salud Reina de mi barrio frexnense, la de olor a nardos, la de mi infancia.
Cristo de los Gitanos, como gitana es su madre, en Sevilla, Angustias y en todo el mundo, Remedios, la de Fregenal, la que de forma oficiosa ha sido siempre la Patrona de los Kalés.
Remedios y Luquitas, Salud y Angustias.... ¡Gitanos de Sevilla!... Semana Santa entrañable, única, bella como la que más, Madre y Maestra, modelo reproducido, modificado y admirado hasta la saciedad....
Es imposible olvidar el andar riguroso de este Cristo, con su túnica púrpura, con sus marchas flamencas; una mezcla perfecta entre religión y folklore, entre el deber y la devoción...
Humilde, Jesús, caminas con la Cruz a Cuestas... pero ya no vas a San Román, ni vas al Calvario... vas conmigo en busca de la mañana de un Viernes Santo cerca de la Iglesia de San Pedro... donde espero reencontrarme contigo.