VALGAME LA MAGDALENA!

"Por la Magdalena recoge la higuera" dice el refrán y los dos patitos de julio acogen el día de la santa pecadora, la discípula del Señor, la mujer prostituta, marginada, y a la que el Maestro perdona y acoge. Esta es la esencia de la iglesia que creo, la del bien, la de los desheredados, la de la solidaridad, la de Teresa de Calcuta, Vicente Ferrer, el Padre Pateras o las monjas del Cotolengo que todos los días dan de comer a más de doscientas personas sin preguntar raza, religión o condición sexual ni de ningún otro tipo.

Santa María Magdalena tiene escasa implantación en esta tierra. Sólo las parroquias de Ossa de Montiel y Villalgordo del Júcar tiene dedicadas, y de éste último pueblo es patrona, aunque con menor importancia que el otro patrono, San Roque. Y en los pueblos de raigambre semanasantera como Hellín y Tobarra, sus pujantes hermandades le celebran culto y reunión en estos finales vacacionales. Y poco más, porque en cuatro días la abuelica Santa Ana sí que toma el relevo de festividades y devociones.

"María Magdalena" es título para bonitas canciones; las de Doris Dragovich, Trigo Limpio, Estrellita Castro (insuperable), Juan Pardo. Y mi barrio cordobés de la Magdalena con ese espacio desacralizado donde tanto arte y buenos momentos he vivido. Y el entorno de la Magdalena sevillana, puerta a la Campana, donde la Quinta Angustia sigue al Calvario, en orden inverso, en los días de la pasión hispalense.

Y me reencuentro con una de mis canciones preferidas, una gran declaración de principios:

"Sentado en tu sillón no quieres nada ver ,ni puedes escuchar, sólo dejarte hundir¡hombre! intenta luchar. Desde tu indiferencia silenciosa, indulgente, que quiere ser sincera huyendo de la gente ¡hombre! aprende a soñar.

Escúchame, sé de un lugar en donde el sol no te hará mal, si de mi mano te vas, en donde el sol no quemará si de mi mano te vas. Aprende a olvidar, intenta luchar, aprende a soñar, no dudes ya más. Pues lo dicho, y a divertirse.