DE REBAJAS

Todo al 20, al 30, al 50 % ; tiempo de descuentos, de rebajas, de ficticios precios y discutidas calidades. Tarde tormentosa, nuevamente gris, nuevamente chantajeada por el agua, que no da tregua.
Rayos y truenos en la lejanía del sábado primogénito de Julio, que nos trae la metamorfosis roja de las últimas semanas, exaltación devaluada de símbolos patrios y de iconos ahora políticamente aprovechables.
Cantan las cigarras, vocean los grillos, tras de ventanas abiertas de par en par, tras meses de obligado aislamiento, de existencias tras de las celosías.
No hay rebajas, no hay medias tintas; porque lo que valía hace unos días, sigue con su mismo valor, su mismo precio, porque las cosas de verdad no pueden devaluarse, porque entonces habrían sido mentira, y tal vez sobrevaloradas. Porque hay que ahorrar para adquirir lo que se desea, con la misma fuerza, y sin regatear en el precio. No hay cabida para saldos, taras y chollos; la sección de oportunidades está de reformas, y la compraventa diaria sigue su curso. Porque a veces hay que ser hormiga, aunque cueste más esfuerzo, aunque la despensa para tiempos peores cueste llenarla y mantenerla.
Empiezan a vaciarse las calles otra vez más; los coches quedan aparcados y neutralizados, pareciese por un momento, el rato de la cena de nochebuena, pero ahora con luz y calor. Y la marea humana se atrinchera en bares y garitos, donde la crisis no existe, donde tal vez se vaya para olvidar, para evadirse, pero esa es otra historia...