domingo, 31 de octubre de 2010

CLAROSCUROS

Claroscuros en este último día de octubre; sol y lluvia alternándose en una pugna de tiempo desapacible y leves instantes de sol, y el viento, el aire desbocado campando a sus anchas, mostrando un latigazo fuerte con la fusta del temporal anunciado  y sobrevenido.

  Los árboles de tiñen de naranjas, amarillos y ocres, en detrimento de unos verdes ya escasos e impotentes, al tiempo que los suelos crean la alfombra de hojarascas más bella, más esperada, más crujiente...

    Calles empedradas, casas en cuesta, historia de linajes y abolengos, otros siglos, otros tiempos, y siempre el río poniendo el arrullo de fondo, la banda sonora, la simple y única melodía. Vuelve a llover, arrecia el aire y el frío se cuela hasta los adentros, caminado adelante, buscando un arcoiris, un nuevo cielo.

  
       Y Sevilla, llena de gracia sus calles con la reina de la Plaza de los Carros, la de la capillita estrecha de la calle Feria, la que lleva doce rosarios de plata tintineando en su palio, la que llora ladeando la cabeza mientras reza y aguarda el rezo del hijo en el más duro y traicionero huerto. Y como si de una casualidad se tratase, un sevillano, un caballero, un hermano de Montesión se me ha ido hoy al cielo a ver su Virgen desde el mejor palco, desde el mejor firmamento. Yo me duelo de no estar allí ahora, en esa Sevilla de la alegría, que hoy se me hace triste e incompleta por tu ausencia, tío y amigo sevillano, y que siempre estarás en mi recuerdo.
                               A Manolo de las Heras, un buen hombre       in memoriam

1 comentario:

  1. Si fuera genial seria tu, con que asiesque....
    Simplemente te quiero.

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