FIESTAS ABULENSES

            Empiezan las fiestas de Avila. Durante más de una semana, la ciudad amurallada conmemora a su hija más ilustre, a la santa andariega, monja revolucionaria, doctora de la iglesia. Santa Teresa trae aires festivos a este otoño en Castilla, acentúando aún más si cabe la sobriedad de esta tierra. Y templetillo tiene una especial debilidad por esta ciudad; yo también estuve aquí en fiestas, ví la iluminación  ferial en calles y plazas, estuve de vinos en San Segundo y en el Mercado Grande, me llené de Avila y de ilusiones...
               Hoy, concurso de patatas revolconas. Modesto y sabroso manjar regado con un verdejo, aperitivo del sabroso chuletón o cochifrito, y de postre yemas. Avila fué una meta y una obsesión que hoy no es más que un recuerdo, un capítulo, un desengaño. Fué un sueño que no conseguían despertar las campanas de la Encarnación en aquellos amaneceres de ternura y placeres. Pero los sueños sueños son, y al fin y al cabo la vida es sueño también. Pero me queda la certeza que lo viví, lo saboreé y lo disfruté. Por ello quiero retornar a pasear por la muralla, a perderme en las callejuelas, a contemplar desde los cuatro postes este visión única, tal vez sin un abrazo como otra veces, pero siempre con el convencimiento que aquí acuné una ilusión, que viví días y noches únicas e irrepetibles. Maritere que papeleta!
                     Avila, siempre en mi pensamiento.

           Marywan: respeto tu huelga, pero sabes que existen los servicios mínimos. Y ya no me faltaba más que tú también dejases de estar..¡ERES IMPRESCINDIBLE! ¿ o no bloger@s? el rollo Adonais se irá espaciando, pero es que uno está muy sensible ultimamente...