Se anuncia, se presiente, las lluvias de otoño llenarán el cielo y el suelo, echando la llave por fin a un verano veinte-diez, que ya es sólo historia, sólo recuerdo. Tal vez llueva y se moje la senyera, que nunca se inclina ante nada ni nadie, porque la cuatribarrada valenciana es algo más que una bandera, es un sentimiento.
Probablemente caigan gotas en las fiestas de Fuenteálamo, donde San Dionisio Aeropagita preside los festejos anuales de este pueblo trabajador y activo. Remembranzas de mis años jóvenes, de noches de folklore, de trasnochadas y risas, mientras las vides fuentealameñas se quedan en standby a la espera de que pasen estos días y se retome la vendimia, para la obtención del vino puesto bajo la protección de su Baco cristiano, Dionisios ateniense orlado de mitra.
Llega la lluvia, tal vez sin el frío esperado, porque el calor imperante ha dejado caldeados paisajes y personajes. Siempre el agua purifica, limpia, aclara...si desde luego es agua clara, cristalina, y no embarrada o torrencial. Y muchas veces las lágrimas pueden ser escasas en número pero amplias en fuerza, si son de verdad, si son la explosión de una emoción, de un dolor o una alegría.Tal vez lo mejor sea abrir puertas y dejar que el agua del cielo se funda y confunda con la de una lágrima o dos a lo sumo, porque no es tiempo de llantos, sino de un riego fértil de proyectos y avances.
Me mira el cielo gris, y yo le observo tranquilo y retador, porque sé que él también llora, como tú y como yo. Abro el paraguas de mi fuerza y mi vanidad, y me resguardo de inoportunos chubascos que calan mi escritura y mis verdades. Empieza a llenarse el asfalto de redondas marcas mojadas...
Estoy de acuerdo contigo,no es tiempo de tristezas,si no de proyectos que nos alegren,que nos estimulen el largo y emocinante invierno.Un beso,templetilleros. Y las lágrimas a ser posible de alegría,de carcajadas con los grandes amigos, familiares.
ResponderEliminarSiempre me sorprendes con tus reflexiones y comentarios curiosos en esté "nuestro" blog.
ResponderEliminarArtículos entretenidos, escritos con una gran sensibilidad y sutileza, aderezados con un cierto aire poético que hacen que me entretenga y evoque otros lugares, otras festividades, otras gentes y épocas, otros sentimientos...
Me gusta visitar este rincón en el que las vivencias cotidianas se vuelven sentimientos profundos y bellos.
Gracias.
Chema
Como ahora soy vaga, sólo puedo gritar viscas a la senyera, a grita barbará y a la mare de deu del desamparats! conocía yo a una pequeña lampara (l'amparín) que era muy graciosa...
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