miércoles, 2 de octubre de 2013

CHULETÓN


Sigo castellano. Y me salto de Burgos a Ávila. Y no quiero chistes...Pero me comía un chuletón de los de allí, con sus pataticas y sus pimientos. Porque el chuletón es uno de esos platos con apellido como la paella valenciana, el cochinillo de Segovia o el salmorejo cordobés.
   Esas piezas de ternera de medio kilo para arriba, dicen que poco hechas, aunque yo las prefiero al punto un poco pasadas, son uno de esos manjares imprescindibles en cualquier guía gastronómica de las tierras castellanas. Porque te dejan lleno, exhausto y casi empachado, ya que antes te han preparado con unas revolconas, una sopa castellana o unas judías, todo fibra, todo ligero...Y ahora que lo piens,o siempre he comido este chuletón en verano, nunca en invierno ni otoño, tal vez fechas más apropiadas para este suculento trozo de carne a la parrilla, y lo mismo va siendo hora de degustarlo con cielos grises y un poco más de fresco, aunque una vez a finales de julio, me tomaba las cañas en el Mercado Chico con un jersey puesto, y no es broma.
   ¡ay Ávila! casi cinco años sin pisarla. Y eso que es una ciudad que para mí es especial, y durante un tiempo fue una obsesión y casi una devoción. Y no, los chuletones no saben igual fuera de allí, doy fe de ello, por mucho que se empeñen. Será el agua, el fuego, la carne, el apetito, o tal vez ¿la magia? de esta tierra austera, seca y antigua.
   Entremurallas. Y con Teresa por todas partes. Vámonos a La Posada de la Fruta y nos damos un homenaje. Y después andando extramuros a bajar la comida y quien sabe...Buen segundo de octubre, y por cierto, San Segundo es el patrón de esta ciudad, que lo sepáis, junto con la monja andariega (próximamente)

6 comentarios:

  1. Entre Chuletones, Churrascos, Flamenquines. se te va la vida, con tanta comida haces que nuestros estómagos se llenen y nos sea mas fácil la dieta. Je je je..
    ¡pero como el chuletón de Ávila! "na de na".
    Hoy son los Ángeles Custodios, cada uno tenemos el nuestro, ellos nos guía y cuida de los peligros de la vida, siempre están velando por nosotros, es una mas de las mil cosas que Dios, nos pone al alcance cada día y que nos regala con gratuidad y cariño.
    Buen día y felicidades a la Policía, por ser hoy la festividad de sus Patrones los Ángeles Custodios.

    ResponderEliminar
  2. Yo no puedo con tanta carne, lo siento. En mi vida me he podido comer un chuletón. Prefiero menos cantidad, un solomillico, mejor.
    Y llevas razón, la gastronomía de cada sitio donde mejor sabe es en su origen, lo mismo que el vino. Por algo será... no me pido yo una paella en Madrid, que es un arroz con cosas, o unos gazpachos en Cadiz o un salmorejo en La coruña o un chuletón en Valencia porque vacas, de las que se comen, no hay muchas, no. Será por eso que no me gusta pedir tamaño pedazo de carne por estos lares.
    Buenos días.

    ResponderEliminar
  3. Me encanta Ávila, más que por lo monumental y por lo misteriosa, por los recuerdos tan entrañables que tengo de ella. Ávila del Rey, de los leales y los caballeros. La ciudad que vio nacer a Isabel de Castilla, la reina de las reinas. Por otra parte, oficialmente, y esto es poco sabido incluso por los mismos abulenses, el patronazgo de Ávila lo ostenta la Virgen de la Soterraña, que se encuentra en la Basílica de San Vicente. Aunque a veces, lo que manda es lo extraoficial y el corazón... y el corazón de un abulense dice que es la SANTA la que patronea la ciudad de las murallas más bellas del mundo. Besicos. Gúmer.

    ResponderEliminar
  4. Ávila me recuerda las excursiones del cole. Entonces para recobrar fuerzas nada de chuletón, bocata de tortilla o de filete empanado. Eso si, se visitaban conventos e iglesias, que para eso éramos marianistas. Luego ya fines de semana más o menos tiernos, ahi lo menos importante era el chuletón. Y ahora, mas mayor y más sabia, voy a Ávila a comer chuletón. Y como no puedo con él entero (la carne me gusta pero me cansa) me lo llevo preparado y al día siguiente recuerdo todas las sensaciones en casa.
    Fui una vez cuando la historia de las vacas locas y no había donde comer un chuletón. Eso si que era tristeza, Ávila sin chuletón es como el mar sin barcos.....

    ResponderEliminar
  5. Ayyyy el chuletón de Ávila, plato que tiene para mi recuerdos terribles.

    La primera y única vez que lo pude degustar en su cuna, la persona que me acompañaba casi se asfixia frente a mis atónitos ojos ¡¡¡ Dios que susto aquel día!!!

    Una pena que sin quererlo asocie el chuletón de Ávila con algo desagradable. Manoli

    ResponderEliminar
  6. Para comerme un chuletón de esos necesito tres días por lo menos......me gusta la carne, pero no en cantidades industriales...
    No he estado en Ávila, pero me han hablado muy bien de ella, habrá que visitarla......y a ver si se me pega algo de misticismo....
    La Polo

    ResponderEliminar