Andaba yo hablando, no con la lengua, sino con teclado con un amigo mío, acerca de la polémica de las "lenguas" en este país descosido nuestro, que me vino a la cabeza el post de hoy.
Lengua. Y Literatura, que fue con Historia y Plástica mis asignaturas preferidas. Lenguas de gato, con chocolate, sabrosas, con el cacao que sustituye, dicen tantas cosas, y lo único que hace es sustituir el número de centímetros de la cintura al alza, eso sí dejando buen sabor en la lengua.
Lenguas viperinas. Las peores, las que habría que callar, las que hieren y hacen daño, como dice la copla. "por el filo de una espada se pasea una culebra, por mucho que corte el filo más corta una mala lengua".
Lengua con lengua. Cuando las lenguas saben a nube, porque se cierran los ojos y el paladar toca al cielo, produciendo eso que llaman magia, y que la mayoría de las veces se rompe de una y entonces queda la lengua reseca, con mal regusto.
Lengua de mar. En calma, en otoño, donde me gustaría estar, y relajarme, mientras la tarde muere y la noche avanza, con ruido de olas y sabor a sal.
Lengua de ternera, en estofado, sabrosa o lengua de cerdo, en embutido, os recomiendo la de Tiriez, siempre la gastronomía presente, que se le va a hacer!
Lengua propia. Algo que podría ser enriquecedor, y que muchas veces se convierte en arma arrojadiza, en motivo de disputa y fanatismo, haciendo aún más complicado este Babel en el que vivimos, donde hablando la misma lengua, no nos entendemos, no nos comunicamos.
Lengua de trapo, de los nenes pequeños, la que siempre nos arranca una sonrisa, de esa que nos hace enseñar nuestra lengua. Y a los que me caen mal, y me han hecho alguna, os saco la lengua...y me quedo más a gusto que nada, porque la lengua no tiene hueso, pero corta lo más grueso.
Y ya es lunes. Otro más, y otro menos.
Ay, Templetillo...¡estás hecho un lenguaraz! mira que sacar el tema de la lengua, que da tanto que hablar, tanto de comer, tanto que disfrutar...nos gusta a todo mucho darle a la sinhueso, en todos los aspectos...
ResponderEliminarCuanto daño hacen las lenguas viperinas en muchas ocasiones. Pueden hacerte cambiar mucho, pero para eso tenemos nuestra propia lengua, para responder hirientes a quien nos hiere.
ResponderEliminarInteresante post, jotero!!
E.Murrow
A mi aparte de la legua de ternera estofada la que más me gusta es la lengua materna....esa que junto con su saliva, cual bálsamo de fierabras, lo curaba todo....ese agüjerillo de pendiente en la oreja de la hermana, ese raspón contra el suelo...bueno y no hay más que ver esos "documentales de la 2" en las que las madres justo despues de nacer la cria lo lavan y acarician con la lengua....
ResponderEliminarMe lo contaron ayer las lenguas de doble filo.......
ResponderEliminarUna lengua afilada es la única herramienta que se aguza con el constante uso.
ResponderEliminarQué orgulloso e importante me siento al conocer a gente tan "salá y tan listica" como lo eres tú, nene!! Porque mira que de "turcas" está uno ya más que saturado, algunas veces. No cambies nunca, excepto para mejor, si cabe más... Siempre es buena opción leerte cada mañana... y que sepas que, te contestemos o no, parroquia fija tienes!! Un besico desde Murcia. Gúmer.
ResponderEliminarLas malas lenguas son dañinas y la lengua es para saber expresarse bien y poder paladear bien, los placeres de la vida.
ResponderEliminarAnda que no me gusta a mi darle a la lengua.....y cortar trajes.....jajajajaja....
ResponderEliminarpero de buen rollo...sin ofender...que criticar un ratico es mu hermoso..jajaja...
no me van las malas lenguas, ni la gente que se va de la lengua....eso no está bonico...
La Polo
Todas las lenguas, y cosas con lengua, son siempre bien. Hasta las malas lenguas, porque si no ¿cómo íbamos a entretenernos?
ResponderEliminarBesets
Desamparados