Farolas apagadas en suave lente,
llama de nubes y sol partido,
calle vacía, suelo abrasado,
silencioso retrato sin voz ni gente.
Comienza el frío en las ausencias,
de tantos días tan malgastados,
hiela la noche hasta la aurora,
de tantos años tan olvidados.
Piensa en sonrisa, no pienses llanto,
anda y camina, frena en descanso,
llama y abraza, siente y opina,
vive en tu vida, no desvivas tanto.
Cuestas arriba, cuestas abajo,
plaza cuadrada, calles en llano,
no hay avenidas,ya no hay asfaltos,
y desde lo bajo subo, sube a los altos.
Cuatro farolas, que no cinco apagaron,
porque no esto no es copla sino relato,
quinta farola, bombilla intacta,
quinta es la estrofa, fin del poemario.
Yo no escucho lo que dicen
ResponderEliminarlas lenguas de vecindonas
porque de sobra yo sé
por quien está su persona.
Cinco luceros azules
alumbran cinco farolas
desde su casa a mi casa
desde su boca a su boca
la la la la la la la.......
Buen día.
El libro, el libro...
ResponderEliminarAhora solo me queda escuchar la copla:
ResponderEliminarSe apagaron las cinco, cinco farolas,
pa que nadie me vea llorando a solas
¡Ay, que penita madre!, ¡Madre que pena!
La vereita verde, cuajá de yerba,
cuajá de yerba.
La Polo