jueves, 6 de junio de 2013

RIMAS Y LEYENDAS

Volvemos a la literatura. Que desde hace meses no la he tocado. Y es que tengo que leer más, y sobre todo recordar más lo que he leído. Porque en los libros está el saber y entre los libros muchas veces está la felicidad, yo lo sé...
    Soy becqueriano. Este señor me gusta desde niño cuando su ensortijado cabello y perilla ilustraba aquellos billetes marrones de cien pesetas, que se me antojaban un gran capital, un tesoro. Sesenta céntimos de ahora, con los que entonces podías comprarte casi tus sueños, aunque no hubiera donde.
     Me gusta de Bécquer lo primero, la casa donde nació, al ladito de la Plaza de San Lorenzo, cerca de mi fe, que se llama Gran Poder, que como él también es sevillano. Pero sobre todo ese aire nuevo y distinto que dio a la poesía del diecinueve, un siglo de luces y sombras. Romanticismo en estado puro, como el de Rosalía, de la que escribiré un día en que la melancolía me pueda o tal vez la haya vencido. Como decía Gustavo Adolfo, la mejor poesía es aquella que no se ha escrito. Tal vez mi modesta e ingenua prosa corra similar veredicto, porque a veces me canso, y escribo con la mente y el pensamiento.
  Las rimas becquerianas son setenta y seis píldoras, susurrantes, íntimas. Poesía en estado puro, ¿y tú me lo preguntas? si eres tú, aunque también eres:

Serpiente del amor, risa traidora,
verdugo del ensueño y de la luz,
perfumado puñal, beso enconado...
¡eso eres tú!

      De leyenda. Relatos cortos. Algunos de terror, casi góticos, en un soberbio trabajo de campo, con historias tan espeluznantes como El monte las ánimas, El beso o La Rosa de Pasión. Aunque mi preferida es Maese Pérez el organista, cuya adaptación televisiva vi hace años, muchos años y me impactó aquel órgano que tocaba solo, ante la aterrorizada mirada del otro organista, un Salieri hispano.
       Murió joven. También dibujaba y pintaba.¡Pobre Gustavo Adolfo! andaluz errante por las Castillas y los vientos del Moncayo. Volveré a leer sus poemas. Volveré a visualizar sus cuentos. Tradicionales relatos, susurrantes líricas para esta noche ya de jueves, donde junio sigue mojándonos, porque no recuerdo ya semana que la lluvia, bien en forma de gotas, o de lágrimas, no me/ nos haya visitado.


5 comentarios:

  1. Reconozco que sus rimas no me llaman (no soy demasiado aficionado a la poesía), pero sus Leyendas meatraparon en cuanto las leí siendo adolescente, siendo mi preferida LA PROMESA. Aun las releo de vez en cuando.

    ResponderEliminar
  2. Gustavo Adolfo Bécquer

    Este poeta español, uno de los últimos representantes del Romanticismo del siglo XIX, cobró reconocimiento luego de su muerte cuando vieron la luz muchas de sus obras. Un claro ejemplo fue su libro "Rimas", que se perdió en 1868 y gracias a su memoria y las publicaciones donde algunas ya habían aparecido, pudo reconstruir su obra más famosa, que terminó lanzándose junto a sus "Leyendas" en 1871, a un año de su desaparición física, como gesto de sus amigos para ayudar a su familia.

    Buen día....

    ResponderEliminar
  3. Creo que todos hemos leído algo de Becquer, imposible no saberse algunas de sus rimas, y es que no sé porqué, pero en los amores adolescentes es dónde más nos identificamos con él...
    En fin creo que nunca pasará de moda y que hay poesías suyas que me gustaran toda la vida...
    La Polo

    ResponderEliminar
  4. Para mi tanto Gustavo como Valeriano me resultan cercanos, tanto, que cuando vine a vivir a Toledo compartí un piso con otros funcionarios cerca de la calle de la lechuga, conocida tradicionalmente por todos los toledanos como la "calle de Becquer". Si bien nunca tuvo su casa en esa calle, sí que cuando vinieron con su madre, se alojaron en una posada que estaba allí.
    Posteriormente se vivieron ya en una vivienda cerca de la hermosa iglesia mudéjar de Santa Leocadia y casualidades...me compré la casa tambien en la cercania a esa iglesia, morada de la Virgen de la Salud y que aveces tanta falta nos hace.
    Muy cerca tambien está la plaza de Santo Domingo el Real por la que tambien les gustaba pasear a los hermanos Becquer.
    Por cierto, os recomiendo el blog "Toledo olvidado".
    Un saludo a todos

    ResponderEliminar
  5. Durante años fue mi libro de cabecera. Me sé muchísimas rimas de memoria.
    Además, somos familia, se llamaba Bastida de segundo apellido:
    Dominguez Bastida Béquer
    Pepi

    ResponderEliminar