lunes, 7 de enero de 2013

PRINGÁ

Antes de empezar la consabida dieta posnavideña, aún con el regusto de los manjares degustados en estos días pasados, y observando mis escasos y casi inexistentes reyes, hoy me pringo con pringá.
  La pringá, ese conjunto de carnes cocidas en el puchero, y que en plato de cuchara o en forma del más exquisito paté, es una de mis debilidades de las que la gula me hace rehén y esclavo. Nada como un montadito de pringá con una cerveza fría, o un minimollete como los que hacen en mi ciudad sultana, o ese plato con la carnes, el chorizo, y la morcilla desparramada, primo hermano del tercer plato del cocido recio de esta tierra manchega.
   Dicen que viene de la olla podrida, que para nada tiene que ver con ese nombre, pues es una contracción o simplificación de "poderida", es decir , suculenta, poderosa. Plato que hunde su origen en la adafina sefardí, plato cocinado en las vísperas del sàbat, sin cerdo, claro.
       Pringá sevillana, donde la descubrí. Y lo rica que la hacen por el Puerto y Sanlúcar. Sin olvidarme de la cordobesa manera. Contundente amasijo de sabores, calorías y cocciones. Ideal para el hambre. Como la pringue que se comía en tiempos pasados de otras crisis, con pan, a falta de fiambres y carnes. Pan con pringue...que tanto he oído hablar a mis mayores, de aquellas orzas guardadas en alacenas encaladas flotando entre heladas e inviernos.
     Me gusta la pringá. Lo que no me gusta es ser un pringao. Que mira que suena mal la palabrita. Con lo bien que suena la otra. Y es que no es bueno pringarse en algunas ocasiones, porque la grasa mancha y resbala, a veces para no sacar nada en claro. Y a veces lo soy, bueno, todos lo somos un poco, creo en ocasiones.
      Mañana vuelta a la casi normalidad. Acaban las fiestas, salvo en Valverde del Júcar, primeros moros y cristianos del año, en honor al santo Niño tocado con turbante sarraceno jeje...
   Comienzan en nada los "santos viejos" como les llaman en Ciudad Real, y un enero nuevo, al que cuesta adaptarse y verlo como crece y avanza.
      Buen comienzo de semana. Con el recuerdo de pringás pasadas, oyendo campanas en barrocas torres, o viendo los barcos venir, o al ladito de plazuelas blancas con faroles.

       Y ya sabéis: a partir de hoy estoy a plan y abierto a los buenos planes. Ojalá así sea.

8 comentarios:

  1. Ojitos! Que buena pinta tiene eso, me comeria un mollete de pan calentico ahora mismo!

    Enero y el resto de meses tienen que venir con grandes aventuras para ti, te lo mereces.

    Animo con la semana por albacity, que envidia de tierra! :)


    Lady Tranvia rebajas enero.

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  2. Sooooo pringaooooooo.
    Suena mal, pero son tantos los pringaos, que se repiten como ardo de estómago. Sobre la pringa, que podemos añadirle más. Sabrosa y dañina a la vez, agradable al paladar y difícil en digestiones, como todo lo bueno en proporciones cortas y muy abundantes puede llegar a molestar en el estómago. A mi en particular, por suerte no me suele dañar ni me produce colesterol. Solamente es mala con abuso en el peso. Jej je je...
    Dejemos las pringas y a los pringaos y abracemos las verduras y pescados. ¡Qué donde se pone, una verdulera o un pescadero! " en voz alta" jureles fercos pescaito fresco, tomates de chipiona. Que se quiten los pringaos y suenen las verduleras y pescaderos en los mercados. Por siento en el mercadona. Suelen vocear a los alimentos. Je je je. Y sigo en Sevilla.. Buena semana.

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  3. cuenta conmigo para plan de planes.. tengo ganas de verte! feliz comienzo de semana, guapo!
    besos..

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  4. No sé yo si me gustaría, soy muchismo delicá jomío......
    Pero si la probaría, como buena catacaldos que soy...
    En fin, adiós a las navidades, y al tiempo de amor y felicidad, ya podéis reñir con quien queráis, que ahora no queda feo.... jajajaja.....un besazo, sarraceno.
    La Polo

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  6. Pues mira, yo soy de las que piensan que hay que pringarse, meterse en el ajo, engrasarse, ungirse...será por eso que soy una pringada...vamos a pringarnos y a despeinarnos, que de vez en cuando no viene mal.
    Un beso y un abrazo de la Reina Maga -porque a veces tengo que hacer magia Borrás pa llegar a todo- de la Monarquía Independiente de Mi Casa (cuando mi hija me deja porque ella sí que es la Queen....)

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  7. Yo también creía que el roscón era lo último que me iba a zampar y que con él pondría fin a la Navidad... pero no. En mi casa, hasta que no se acaban las "tortas de recao, los pastelillos y los cordiales", no se acaba la Pascua!! Y cada noche, al terminar de cenar, me entran unas ganas caninas de comerme una tortica con chocolate... Dios mio, hasta cuando!! Necesito terapia para dejar los dulces y demás viandas subiditas de calorías!! Un beso. Gúmer.

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