miércoles, 16 de enero de 2013

BUFANDAS

Siento en estos días las temperaturas de una sola cifra, con el símbolo de menos en las madrugadas. Es que estamos en enero, y ya tocaba, que noviembre y diciembre han sido especialmente suaves y atípicos, sobre todo las vísperas nochebuenas, que más parecían otras cuaresmales, en las que el sol y calorcillo invitaban más a oír tambores y marchas, que villancicos y zambombas.
   Pues eso. Del cajón superior de la cómoda van saliendo las distintas bufandas que se convierten en mi imprescindible aditamento, para proteger mi garganta y anginas de los vaivenes de estos cambios de temperaturas, donde pasamos del cálido airecillo de las calefacciones del coche o de los locales, a la bofetada áspera del aire solano, que a veces enloquece, a veces congela.
      Bufanda viene de bouffante, palabra francesa que significa "hinchado", como así se muestran los cuellos en los que se enrosca. De varias maneras, como en forma de soga de ahorcado, o cruzado atrás y alante, con aire bohemio, o atado atrás con un nudo, como cuando era niño, y casi ni dejaba ver los ojillos aquellos, que perdieron inocencias y tiempos.
     Bufanda también quiere decir gratificación económica en el trabajo. No lo sabía, la verdad, y me ha parecido curioso. Algo tendrá que ver con estar más caliente también el bolsillo ¿no? Misterios estos de las polisemias, que a veces confunden y llaman a engaño, porque las cosas sacadas de contexto ya se sabe.
     Hoy me pondré la de rayitas rojas y azules. Reposa en el fondo del cajón con otras más, como una que olvidada, me mantiene el recuerdo y el olor que nunca se van de mi mente y mis sentidos. Quedan días y semanas para abrigarse, para defender y resguardar mejillas, anginas y oídos, y tantas cosas más.
   Media la semana, un nuevo ecuador. Pronto llegará el viernes y los días de asueto. Y yo mientras sigo tachando hojas del calendario, mientras ajusto mi bufanda, antes de salir a las calles y los caminos.
   


8 comentarios:

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  2. Tapabocas que, en La Mancha,
    su utiliza para el frío
    resguardando así la entrada
    cuando andas arrecío.

    Bien se tapa, Templetillo,
    la boca con la bufanda
    y deja para el verano
    las bermudas y las chanclas.

    Nos recuerdas viejos tiempos
    sueños de ir y no volver
    que prendidos olvidamos
    en los pliegues del ayer.

    Gracias, Temple...

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  3. Bufanda!. Nos abrigan y nos da un toque muy personal a la hora de ponertela.
    Siempre nos abriga la garganta y nos hace entrar en calorcito, adornan y nos da color.
    Bufandas muy de estos meses.

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  4. Ahora se lleva más llevar al cuello una pasmina, pero donde esté una bufanda, que se quite cualquier trapo importado del oriente. Cuando salgo de casa por las mañanas parece que voy de camuflaje: mi abrigo, mis guantes, mi gorro y mi bufanda tapándome hasta la nariz, que se me queda muy fría. Así que, igual que cuando era pequeña, solo se me ven los ojos. Entonces me obligaba mi madre, porque yo no tenía frío; ahora tengo la piel helada casi todo el invierno y me lío en ropajes.
    Si que he oido hablar de la bufanda como sobresueldo para "tapar bocas". Antes se la daban a los funcionarios pero, seguro que como ya no hay nada que tapar en la administración, no se dan. Aunque tengo que confesar que he escuchado que los lenguaraces dicen que los jefes si que han pasado menos frío estas navidades a pesar del ambiente gélido sin paga de navidad. Y dicen y dicen que dicen que cuanto más jefe, más frío les ha quitado la bufanda. Pero yo no me lo creo porque no hay dinero para nada y todos estamos arrimando el hombro (¿he dicho todos? ¿he dicho para nada?)....

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  5. Mi madre también la llama tapabocas, y razón lleva, aunque yo la uso más bien para tapar el cuello, que soy propensa a los dolores de garganta, en fin imprescindible para estos días que ahora estamos pasando, yo no sé si sobreviviré o voy a pelechar....jomío, estos fríos los llevo fatal, pero, mientras esperamos el buen tiempo, nos abrigaremos con la bufanda y tomaremos cosicas calenticas que vienen muy bien para el cuerpo....
    La Polo

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  6. Son un regalo muy socorrido en Reyes, santos y cumpleaños!! Yo tengo unas cuantas... de hecho me estaba planteando poner un mercadillo con todas las que tengo, algunas de marca y todo!! Jajaja. A taparse que hace frío!! Besos. Gúmer.

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  7. No es de mis prendas preferidas, sin ella me enfrio y con ella me agobio. Si es que donde esté el verano...que se quite el invierno con sus fríos, sus abrigos y sus bufandas!

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  8. Recuerdo cuando no me la quería poner ni a tiros y... mamá empecinada...
    Ahora se llevan, de lana, de seda, de algodón...
    No puedo vivir sin ellas.
    Pepi

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