Y mira que soy poco de vinagres. Me repele el olor, que me recuerda a los paños mojados en él mismo, cuando me quemé de pequeño en mi primera visita playera, y no había tantos protectores ni aftersunes. Tal vez de ahí viene mi animadversión al tueste playero y a este fuerte olor.
Ni tampoco podía con el vinagre que aliñaba las lentejas caseras, con chorizo y costillas. Y en las reuniones y cenas grupales, siempre pedía que un rodal de la ensalada quedase solamente regado con aceite que no con vinagre, ganándome la crítica y la chanza de los amigos y comesales, hasta que descubrí el de Módena que es otra cosa, y tiene su punto.
Pero hete aquí que me encantan los boquerones con vinagre. Pero que me entusiasman. De chico me hacía hasta bocadillos con aquellos generosos tuppers que mi madre preparaba de vez en cuando. Y cuando coronaban los platos de papas, en competencia con los coronados con mejillones de lata, suponían uno de los mejores aperitivos, que más me deleitaban.
¡ese saborcillo agrio, con aceite y perejil! umm, el perejil, que ya se tocará en otro post. Me gustan, aunque ahora no sé si debería probarlos, pero bueno, de vez en cuando, no creo que haga malo. Y las aceitunas, que también habría que tratarlas más adelante, que uno es muy de olivas, y me pongo loco cuando veo los puestos de encurtidos y aceitunas de los mercados.
También me gusta el boquerón frito. Y rebozado. Cada vez soy más de pescado, pero no renuncio a la carne. Ni a la verdura, de la que soy adicto. Pero bueno, que hoy me toca el boquerón, fresquito, pinchado con su palillo, y acompañado de la cervecica fresca, que es muy diurética, y dicen que saludable...
Ahora un pastel para quitarnos el vinagre. Que demasiado avinagrao está todo. Y todos, yo el primero. Alguna vez todo se endulzará, seguro. Y sino, pues una tapita y palante, que mañana será otro día, y los boquerones estarán en la mar, esperando ser pescados para ahogarlos de nuevo en vino agrio, uva resabiada.
Y a cinco de septiembre. Ochenta y siete y dieciocho años. Padre y sobrina. El mismo día. Distintos cariños. Y por muchos años, espero.
Y boquerón se acentúa en la o.
Se dice del vinagre, cuando uno esta fuerte se le suele llamar "vinagre" ¡Por eso de lo fuerte!.
ResponderEliminarTambién sabemos que lo agridulce, es bien apreciado al paladar, sobre todo en lo referente a la gastronomía, asiática y últimamente muy de moda por todos los continentes. Pues nos puede serví como algo moderado y como bien dice el refrán ¡Una de cal y otra de arena!, ni dulce ni fuerte. Simplemente agradable al paladar.
El vinagre mal usado, lo agria todo y nos da aldor al estomago.
El boquerón Malagueño, el mejor y mas sabroso y los de vinagre ¡Los que hacia mi abuela Rafaela!.....
Ay, boquerón, boquerón. Aquí me has dado, mellita. Qué males me has traido, boquerón. Con lo que me gustas y la mala vida que me has dado. Por tu culpa ya para siempre a la defensiva del gusanito pescadero. Me has tenido un año sin comer nada de los mares de mis entretelas (qué dificil una ensaladilla sin atún), qué sufrimiento. Y todo por mi querencia boqueronil, que de pequeña ya me los comía sin terminar de arreglar, tanto me gustaban (y me gustan). Claro, alguno vino con anisakis (qué nombre más feo) y aquí lo tengo yo para los restos, confinada al congelado.
ResponderEliminarY es el pescado y es el vinagre, que me chifla el sabor y el olor hasta cuando lo paso por el suelo (Juancar, se cambian las tornas, te cambio el huevo duro por el vinagre). Lo del vinagre será lo que me ha definido este carácter tan peculiar que tengo, qué se le va a hacer.
Qué tia! Es que me "espizco" o como suena "ehpihco"
EliminarPrecisamente ayer hizo mi madre boquerones en vinagre... En mi casa también les ponemos ajicos cortaos!! Están de vicio!! Mamá los suele hacer en momentos especiales, en este caso por la venida de la Virgen de Belén, que baja esta tarde. Así que luego tengo procesión, triduo y boquerones en vinagre. Y el sábado la romería... Jajajaja. Viva la Virgen de Belén!! Viva Sangonera!! Besos. Gúmer.
ResponderEliminartú si que estás boquerón.....jajajaja....
ResponderEliminarno puedos con ellos, ese olor a vinagre me mata,me persigue,me espanta!!! los hace mi madre, mi suegra y se los come mi esposo bien lejos de mi....
No puedo con el vinagre, se ve que bastante avinagrá estoy yo....jajajaja
La Polo
A propósito de boquerones. A los malagueños se le conoce como boquerones y las malagueñas boqueronas
ResponderEliminarEl vinagre y el boqueron,....siempre han casado,como la navaja y el delincuente.Que tendra el boqueron,...para que solo sea sabroso,mezclado con la vinagrera rancia.Que tendran las lentejas,que solo al mezclarlas con ese turbio y rancio liquido,sepan a gloria.Pues de la misma forma,cuando se vive avinagrado por algo,....ese estar hace exquisitas otras facetas nuestras como personas.Asi que tranquilo tu,...que mientras haya vinagre,habra alegria.
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