Me iba allí ahora mismo. Si algún año quisiera Dios que pudiera tener esta primera quincena de agosto libre, sería uno de los lugares donde me escaparía.
Muchos que me conocéis bien, sabéis de mi animadversión a la filosofía playera, del rechazo de mi blanca epidermis a los rayos ultra, por mucho factor 50 que me ponga, de mi agobio de arenas y piedrecillas, de la sensación de perder el tiempo allí...
Pero me encanta el mar, me relaja y lo necesito; no hay nada como pasear por la orilla descalzo, en esa arena mojada que parece un mousse. Oír las olas por la noche, casi en silencio, no como el murmullo reverberante de esas playas masificadas que he vivido y padecido.
Por eso me perdería en Cabo de Gata, este último paraíso de la tierra almeriense que tanto quiero. Sin rascacielos, con una luz como no la hay en ningún lugar, con un paisaje diferente que a nadie deja indiferente.
El Playazo, Rodalquílar, San José, Isleta del Moro, Genoveses, Agua Amarga... y sobre todo Las Negras, de donde guardo tan buen recuerdo, porque allí fue el último ¿viaje romántico? que hice y que haga. Esta zona es una catedral del silencio, del descanso, de la desconexión. Impresionante es el paraje de las Salinas, con la altiva torre de su iglesia, lugar de leyendas y de super-producciones cinematográficas.
Y si me harto de playa, me subo a Níjar, en lo alto, con un bonito casco antiguo, su artesanía de jarapas y alfarería y unas tapas exquisitas y generosas, como son en esta tierra.
Día uno. Menuda quincena me espera, mientras muchos disfrutaréis de descansos y ocio. Y yo casi sin tiempo, nunca me llega, porque cuando acabo por una punta empiezo por la otra, y uno se hace mayor, y se cansa, y mucho, sobre todo de luchar.
Cierro la pantalla. Oliendo a sal, a luna llena y al susurro de la espuma del agua en las orillas. Deseando, esperando, confiando. No me vendrían mal unos días por allí, un cambio de aires y artes.
Del Cabo de Gata al de Finisterre
ResponderEliminarhay que ver la gente como está con J.R.
Canción de Pepe da Rosa.
Cuando te jubiles, puedes hacer este recorrido, todo por la costa y quedaras, totalmente relajadito.
Buen jueves...
La frase del día.
ResponderEliminarLa vida premia a quienes perseveran.
Buen día..
Ay Juan Carlos, creo que en agosto, hasta la playa más olvidada que puedas recordar está llena de gente. También necesito el mar. Saber que lo tengo tan cerca es para mí un consuelo, aunque no vaya tan a menudo como quisiera por eso, por tenerlo al lado. Si te vas porque lo necesitas y no vienes el 5 a ver a la NIEVES, hasta te lo perdonaría. A lo mejor hay que dejarse de siempre lo mismo y cambiar algo alguna vez. Aunque te reconozco que yo soy incapaz de faltar a esa cita y conmigo, mi marido y mi hija. Ya habrá tiempo de ver el mar, que siempre está donde mismo.
ResponderEliminarBuen principio de agosto desde Valencia, ciudad marinera que vive de espaldas al mar...
El mar es muy hermoso, yo que tampoco soy muy playera, lo necesito, me calma, me da paz....puedo tirarme horas mirando como una boba, y ni me entero...será el cangrejo que llevo dentro....
ResponderEliminarYo me voy a la Manga, no es que sea una maravilla, pero me da mucho gusto desayunar en la terraza mientras veo el mar...y como no suele haber mucha gente, a la hora que vayas estás en primera linea de playa, sin tener que pelearte....que no es poco....
Y si me canso de playa, tengo abajo la piscina...y tan agusto....
ea, jomío....me voy a seguir preparando las maletas...
La Polo
Es una maravilla de la Creación. Parece uno estar en un sitio que no es de este planeta. La inmensidad del azul del Mediterráneo contra la pequeñez del ser humano y su insignificante arrogancia. Pasan las generaciones, el mundo sigue girando sin nosotros y el mar inmenso, azul, grande, infinito, sigue ahí, en su sitio, siempre igual y siempre cambiante. Escápate cuando puedas, querido mancheguico, pero si es posible que no sea en agosto, que hasta el paraíso almeriense está plagado de playeros.
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