no me gusta el carnaval; ea, lo siento.Esta fiesta, que las autoridades se empeñan en promover en sitios donde nunca tuvo relevancia, mientras se dejan perder otras ancestrales, pero claro eran de carácter
lúdico-religioso... y eso no es politicamente correcto.Pero nunca participo en carnaval, aunque no me vendría mal ponerme la máscara y no ir tan a las claras, y por unas horas ser quien no soy, o quien quisiera ser y adoptar el disfraz para que el hábito hiciese al monje.
Hoy acaban las carnestorlendas y la cuaresma empieza a reinar y a darnos treinta y muchos días de abstinencia (obligada, jeje) y espera de la semana mayor de Pasión (uff, pasión es lo que necesito) Por poco no es martes y 13, pero como no soy supersticioso, pos ya ves, un día como otro. Y en La Roda, esa fiesta carnavalera que si me gusta: San Reventón, el banquete de fritillas con chocolate sin límite.
Así que aprovechar. Ya solo queda el domingo de piñata. Mientras suenan canciones brasileñas yo ya sueño con tambores y saetas. Mientras os maquillais y os ponéis sombreros y pelucas, yo espero colgarme mi medalla y el capirote. Cada loco con su tema. Y es que ya lo decía la gran Celia Cruz: "..que la vida es un carnaval..."
inciso: aunque no me guste el carnaval y este año ya no llego a tiempo, no me importaría vivir in situ los de Venecia; y bien pensado también los de Cádiz, que me parecen super graciosos, y a pesar de todo me gusta esa tierra y sus gentes, porque una manzana podrida no va a estropear el resto, seguro.
Se admiten propuestas...
A mi si que me gusta disfrazarme, aunque aqui no se estila mucho los carnavales, para las fiestas de octubre hacen carrozas y la gente se disfraza, la verdad es que las carrozas son impresionantes.
ResponderEliminarEstoy contigo a mi que me den fritillas.
La semana santa me gusta mas, por cierto este domingo ya me visto para sacar el estandarte de la dolorosa.
Un saludo marikilla.
Mañana, Es Cuaresma, empieza el tiempo de enmienda y de preparación para la Pascua del Señor. En las lecturas de este primer día de cuaresma nos recordara el Señor que polvo somo y en polvo nos convertiremos, que nos convirtamos y creamos en su palabra. ¡Tan sencillo. Como practicarlo estos días de penitencia, abstinencia y ayuno!.
EliminarPor fin el Carnaval se entierra un año mas, ahora toca los disfraces diarios de la vida, que son muchos y a esos son los que tenemos que andar de cuidado.
No nos dejemos deslumbrar por nada ni nadie. Solo por Dios, para Dios y en Dios.....
¡El nunca se pone caretas, ni se nos presenta disfrazado de mentiras. Dios Padre, es verdad y vida!.
Pues a mi me encanta el carnaval. Soy muy disfracera (eso decía mi abuela), desde pequeña. Y aún ahora no es que no me importe, sino que me gusta echarme encima un disfraz de lo que sea. Viví en mi adolescencia y primera juventud intensamente los de Tenerife y los disfruté de forma tremenda. En Madrid no he pillado lo de salir a la calle con el disfraz, pero sí me he apuntado a fiestas de disfraces. Por supuesto, sin el trasfondo precuaresmal. Lo mismo me visto de pirata que de nazareno en mi Chinchilla, de chica de charlestón que de Manola en Sevilla. Hay que estar a todo para no perder comba.
ResponderEliminarYo tampoco puedo con el carnaval, nunca me ha gustado disfrazarme, ni le veo mucho el sentido, pero ea....a quien le guste, que lo disfrute y se lo pase bien, total para eso son estas fiestas...
ResponderEliminarLa Polo
Yo he tenido la suerte de conocer el carnaval de Venecia, y claro, comparado con lo que hay por aquí...gente disfrazada con trapos de los chinos, adolescentes vestidas como put...frescas, etc., pues no hay color!Haz un intercambio folklórico con algún grupo del Véneto y aprovechamos! Un abrazo!!
ResponderEliminarPues mira, a mí me gusta mucho disfrazarme. Siempre me gustó y más si nos disfrazamos en grupo, buscando un tema común. Los 10 miembros de la familia Benavent, incluído el abuelo, elegimos un tema y lo desarrollamos. Nos hemos disfrazado de los personajes de La Guerra de las Galaxias, Mary Poppins, Alicia de Tim Burton (tendrías que ve r a Vicente de sombrerero loco…) Pero también me he disfrazado de personajes y “roles” sueltos, de personajes de comics y hasta de racimo de uva. Me parece divertido, sobre todo el proceso de confección y los ratos de risas que pasamos en ello.
ResponderEliminarJugar a ser otros libera mucho y liberarnos, soltarnos, escapar un poco del encorsetamiento de la vida diaria, es lo que necesitamos algunos, aunque sea de vez en cuando. Sobre todo los que tenemos trabajos muy protocolizados (y protocolarios)… Ser otro, asumir otro rol, rompe las reglas y es divertido. Eso sí, sin preocupaciones ni violencia, con respeto y sin molestar a nadie.
Mira por donde, a mi me pasa lo mismo: no me gusta. Y mira que me gusta disfrazarme, pero el carnaval, no sé, lo veo como tu dices un poco impostado. Es una pena que fuese prohibido, pero hoy por hoy, a excepción de algunos, me parece una fiesta muy artificialota.
ResponderEliminarSuscribo todo lo que dices, nene. No le quito ni una coma. Porque eso de ir con todo al aire con la que está cayendo en estas tardes-noches de primeros de febrero...!!! No será más bien que todo esto es de Brasil o Canarias?? Nuestro carnaval puro, según me cuenta mi madre, eran disfraces inocentes, a veces ingeniosos y geniales. Pequeñas bromas gastadas a los vecinos y amigos para pasar la tarde del día previo al Miércoles de Ceniza. Qué es eso de las plumas?? Qué eso de ir en pleno invierno bailando samba en Sangonera la Seca (Murcia)?? Y luego me quitan la tradición de la Candelaria con lo hermosa que estaba!! Que no!! Gúmer.
ResponderEliminarYo, como dice Javi me apunto a un intercambio carna-folk con los venecianos, lo demás puffff......
ResponderEliminarUna fátima
¡Que asco de carnaval! Ahora todo está "brasileñizado". Hemos perdido la esencia de las "máscaras".
ResponderEliminar¡Puaggg!
Pepi
A ti, no te gusta el carnaval por que no lo has vivido aquí con nosotros, y después el capirote y la medalla, por supuesto.No se pueden mezclar ni comparar los carnavales de todo el mundo, cada uno tiene su peculiaridad, como la Semana de Pasión.
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