Hoy es San Nicolás. De Bari, no confundir con el otro, que es de Tolentino, mira que hay Nicolases por las tierras italianas. También el día de la Constitución, parasiteando la gran fiesta mariana del año, pasado mañana, el día de la Purísima. Pues nada, que ya está aquí este obispo, que por la Europa norteña trasvisten de blanco y rojo, y le quitan sus niños en el barreño y le ponen unos renos..¡hay que joderse!
No pienso pronunciar ese nombre anglosajón, al igual que esa fiesta pasada de las puñeteras calabazas. Me quedo con estos preludios navideños y con la devoción a este santo, un poco extraño para mí, porque en mi tierra no tiene tirón, aunque existe una imagen en la iglesia de Fátima. Pero sí se que los lunes, son días de deseos y gracias y de un continuado peregrinaje a sus plantas en busca del favor por la súplica.
Recuerdo su imagen en la iglesia de su nombre y el Salvador, calle Atocha mediada, en mañana de sábado y espera en la capital del reino. Y la, supongo, preciosa iglesia nicolasa de mi Valencia, que siempre hallé cerrada. O las ruinas de la cúpula de la primitiva parroquia requenense, que siempre me fascinó al bordearla por la carretera. O el suntuoso templo barroco murciano, construido por un absuelto de la nada Santa Inquisición, y que en nada acogerá la misa de animeros y auroros, con sus alegres marchas de pascua y aguilandos, en esta Murcia tan navideña y tan preciosa.
Villarejo de San Nicolás, perdida aldea, perdido santo en tierra de villas y robles, de tinajas y entrañables amigos, en la Mancha que me engancha y me desparrama.
Y al final la torre de la Villa, de la parroquia cordobesa que me sale al encuentro al alcanzar la meta del Gran Capitán. Altiva y esbelta, la torre cordobesa es un faro en medio del ladrillo, que a la izquierda me guía a la calle Gondomar, para acceder a Tendillas, Jesús-María y mi patio de naranjos, donde tanto pensé, tanto medité y tanta belleza gocé.
Intensos días quedan. Tres deseos pido al santo, aunque uno casi seguro ya me lo ha concedido. El frío hoy no me alcanza, este teclado y mi hogar son mi refugio, feliz puente a quien lo tenga y ¡San Nicolás nos proteja!
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ResponderEliminarHechos de la vida del Santo San Nicolas de Bari.
ResponderEliminarEl más difundido y el más generalmente aceptado por doquiera no es milagroso de suyo, aunque sí muestra de generosa y encendida caridad. Había en Pátara, según se dice, un hombre rico venido a menos que tenía tres hijas muy hermosas a las que no podía casar por falta de dote. Y el hombre fue tan ruin que maquinó el prostituir a sus bellas hijas para obtener dinero. Súpolo Nicolás—no es necesario admitir que por especial revelación divina, como quieren algunos—y, deslizándose en el silencio de la noche hasta la casa donde habitaban el padre y las hijas, arrojó por la ventana de la alcoba del hombre una bolsa de oro. Se retiró sin ser oído. Al día siguiente el hombre, con enorme regocijo, abandonó su criminal idea y destinó aquel oro a dotar a una de las muchachas, que inmediatamente se casó. El Santo, al advertir el excelente fruto conseguido, repitió su excursión nocturna y dejó otra bolsa. Y éste fue el dote de la segunda de las jóvenes. Nicolás repitió el donativo la vez tercera, pero en esta ocasión fue sorprendido por el padre, arrepentido ya de sus malos pensamientos, que se explayó en manifestaciones de gratitud y de piedad. Por él se supo lo ocurrido y que había sido Nicolás el generoso donante. Como la tradición quiere que las tres veces que el Santo dejó la bolsa ocurriera el hecho en lunes, en esto se funda la devoción de los tres lunes de San Nicolás.
Demà aniré a sant Nicolàs en el carrer de Cavallers i demanaré per tú que encara eres fadrí, i aixó no pot ser.
ResponderEliminarNo se por donde empezar amigo Templetillo, pero me ha dado un gusto de sentir en tú comentario como has ensalzado la figura de este Santo que me ha llegado al alma, bien dices que no hay más que una versión xe este Santo ya que lo demás son sucedaneos, víctimas del consumismo y copias burdas de pueblos sin historia que por orgullo tel vez han querido hacer suyo lo que nunca ha sido ni será parte de sus tradiciónes.Muchas gracias por la menación a nuestro antiguo Villarejo, aún queda alguna imagen de este Santo por los rincones de nuestros templos, por desgracia muy pocos Villarrobledenses saben que su antiguo y verdadero patrón era San Nicolás.
ResponderEliminarHace años tuve una compañera en el colegio en el que trabajaba descendiente de húngaros (su abuelo llegó a España huyendo de no me acuerdo qué guerra) que el día de trabajo más próximo al de hoy llegaba cargada de caramelos para todos, alumnos y profesores. Nos contó que esa era una de las tradiciones del este de Europa que su abuelo se trajo: repartir caramelos entre los niños y la gente que quieres el día de San Nicolás. Y me parece muy bonito. Os mando caramelos para todos.
ResponderEliminarAh, y ahora que me acuerdo. En Turquía estuve en un pueblo con unas ruinas de enterramientos en la montaña impresionantes, Myra. Decían que aquella era la tierra de San Nicolás, que fue obispo de Myra. Hay una basílica bastante perjudicada dedicada al santo. Y una plaza con una estatua de un San Nicolás abuelo con un saco al hombro y tres niños alrededor que se supone que son tres niños que resucitó después de que un carnicero los matara en una hambruna para hacer con su carne chorizos.
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