martes, 12 de julio de 2011

PISANDO ARENA

    Al atardecer, cuando los cielos se difuminan y mezclan los rojos con los azules, dejo mis sandalias y mis pies descalzos caminan entre la arena y el agua, el barro.
         Se hunde el soporte del cuerpo, y a veces resbala, como también se moja el alma, que tan a menudo está quebrada. Como a veces el tobillo se ahoga, en la embestida de una ola que fiera pareciese y en la orilla al estrellarse, muriera.
      Se cruzan las gentes, las miradas y los destinos, en la larga vía sin tren que es la playa. De aquí para allá, vamos y venimos, sin equipaje, ni protección, sólo con la libertad de caminar, de avanzar, aunque no se sepa adonde, solo mis pies desnudos entre tellinas, conchas, arenas y alguna alga varada.
         Y aunque no soy de días eternos de playas y más playa, sí que soy de mar y de mares, aunque la sal me traiga el amargo regusto de fuertes sinsabores y me robe la dulzura de soñados paseos de tu mano, mientras atardece, y el sol se esconde, al tiempo que la blanda alfombra de grises y húmedos serrines, aorma mi pisada y amortigua mi caída.
             

3 comentarios:

  1. La playa se puede vivir de muchas maneras. Y no es lo mismo sentirla con sombrilla, y esterilla que mirarla de la manera que aquí lo haces. Todos tenemos una playa ideal y sin ser yo tampoco de playa, pues tantos años de riguroso secano es lo que tienen, sin pensarlo muy a menudo mi deleite está en imaginarme el mar, pero no un mar de tierra y espigas, si no ese sobre el que no puedes andar, y que solo el sol puede dominar en sus atardeceres.
    Un saludo
    Francho

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  2. Que post tan bonito, me ha encantado.
    Pero si tienes ganas de playa vente pa la Manga con el guacho, la suegra, la sombrilla, la colchoneta,el cubo, la pala, las toallas, la merienda....etc.....pa morirsennnnn jajajaja....
    Me quedo con tu playa, es de los pocos lujos que me permito, irme sola a pasear, a contemplar el mar, su calma, sus olas, su tranquilidad....me da paz, esa que algunas veces no logro encontrar.....
    La Polo

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  3. Cuando uno baja hasta lo más profundo, y notas como los pies se hunden, arrastrando el cuerpo, y con él el alma, no queda otra cosa que dejarse llevar por esa marea oscura misteriosa. El mar siempre es sabio, y devuelve a la orilla lo que no merece hundirse, lo que no debe hundirse, y lo que no merece que nadie hunda.

    Déjate llevar por el mar, siente la libertad que te ofrece, siente como se hunden tus pies, arrastrándo con ellos tu cuerpo y tu alma...al final quedarás arriba, sobre la oscuridad, por encima de ella. No mereces hundirte, no debes hundirte...no mereces que nadie te hunda.

    El mar es sabio, siempre es sabio. Hazle caso al mar.

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