PENSAMIENTOS EN SOLIVIANTO

   Ando soliviantado, nervioso. Porque añado a la tradicional y anual concentración de trabajos y eventos de mayo, las  "propinas" de estos últimos días. Mi pensamiento y mi corazón sigue en Lorca y en mis lorquin@s, asistiendo en la distancia a la devastación, el desconsuelo y el miedo. Días de tensiones, también familiares, también electorales y para postre, ahora hasta soy vocal cuplente de una mesa, y con la buena suerte que me caracteriza seguro que el titular no aparece y me fastidia el día.
     Martes de San Pascual. El santo franciscano que anduvo por tierras no muy lejanas, patrono de los que bailamos, danzamos en esta coreografía de saltos y caídas que es la vida. Romeria a la cueva de Orito...¿te acuerdas marinera, de aquella excursión? Por cierto que hay cierto retablo de azulejos por ahí de este santo, que me quedaría bien en mi casa...
    Se anuncian nuevas lluvias en este año raro de pequeñas y grandes catástrofes, en el que todo parece insólito, descolocado, inusual. Con la sensación casi de ser norteños, a la fuerza de la costumbre de ver cielos grises y nubes desgarradas de esas duchas semanales que el cielo nos manda sin tregua.
      Sumo y sigo con más momentos de soledad, como el que ahora mismo tengo mientras escribo estas líneas. En silencio, casi en clausura antes de enfrentarme a los fantasmas de ruidos y gentes de la tarde, soñando con volver  a la noche de tranquilas veleidades. Sin rabia, porque rabiosos solo son los perros, y yo más que perro soy un burro. Tal vez errando, tal vez tropezando, siempre andando, hacia delante o dando vueltas, y con la sensación en momentos de no estar viviendo mi propia historia, sino de ser un actor invitado en la de otras personas; menos mal que eso no soy yo el único que lo siente.
    Martes y mañana miércoles. Cierro pantalla y desconecto. Puede que se apodere una nueva inspiración o que me quede en blanco, mirando el azul de las alturas. Feliz día devot@s y amig@s!