Vuelvo siempre mis ojos
a tus hojas al viento;
vuelvo a buscar mi vida en tu memoria,
en recuerdos tan míos
que ni siquiera a mí me pertenecen.
Vuelvo a llegar a tu principio eterno.
Y de tanto volver te haré palabra
que pronuncie el otoño,
hoja seca en los labios del silencio:
muerto por fin,
interminable, triste, solitario.
José-Antonio Gómez Coronado
Otoño anunciado, todavía en tiempos de verdes. Naranjas y ocres aguardan su momento de tomar posesión de los paisajes y los adentros. Difunto verano, moribundo tiempo, y el racimo del día pierde granos de claridad y luces. El sol engañoso prolonga la agonía de un estío, que ya no es sino historia, sino pasado, aunque con el espejismo del veranillo de San Miguel que pudiera tornarse en lluvioso, traicionero, inesperado. Vals de otoño que empieza sus compases y pasos, melancólicos sueños en camas de nuevo abrigadas, en frescos amaneceres y silenciosos atardeceres, en andenes vacíos, en buenasnoches inexistentes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario