martes, 21 de septiembre de 2010

POR SAN MATEO


Evangelista con antropomorfo, antiguo recaudador de impuestos, santo con libro y pluma, que haces si llueve malas las vendimias y gordos los borregos; Mateo en Cuenca, con vaquillas por las calles, Mateo en Logroño con las pisadas de la uva y la exlatación del vino riojano, Mateo en Oviedo con ferias y festejos varios, Mateo que en Pucela ha dejado su día a la patrona de San Lorenzo. Día de celebración en Villaverde de Guadalimar, con encierros, unos de los últimos de la sierra manchega y en La Recueja, donde el patrono se mira en las aguas del Júcar.
Agua siempre en este día y los siguientes, en el cielo, o en el suelo, como en Munera donde la Señora de la Fuente cruza el "vao", que aunque no haya llovido ese año se riega, para que los pies descalzos de sus portadores la lleven a su ermita, después que el concejo renueve el Voto de la Villa de celebrarle fiesta en este día, desde hace más de dos siglos. Fuera, suena el ruido de las ruedas cobre el asfalto mojado, y dentro se moja mi pladar y mi pupila. Y empieza San Mateo, un año más, un año menos.

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