La gente toma las calles y las calles de toman de gentes. Nadie ni nada es capaz de convocar tal multitud en esta ciudad, ni siquiera los equipos de fútbol, solamente el nazareno y su tragedia. Jóvenes y mayores hacen espera, plantones de horas para gozar de unos breves minutos de interconexión ya sea espiritual o estética con el paso que avanza andando, aderezado con la más bella banda sonora y el más sugestivo perfume de esta primavera hispalense.
¡como me gustan estos días! ahora se hace patente mi espíritu anti-navideño y mis ganas de pasión y gloria. Suena la saeta, y la multitud enmudece. La garganta se convierte en un cañón de sentimiento y de descarga de emociones, difíciles de superar. Se aproxima la luna de Nissan, y un nuevo prendimiento de un inocente, una nueva noche de creencias y una nueva sensación de que estos días esperados e intensos se van acabando.
la cera se consume; el azahar invade y evade; los niños vestidos de nazareno imitan el movimiento de costaleros y músicos. Las imágenes sagradas salen a la calle y se para la mirada, se corta la respiración y la lágrima se escapa. Sevilla de mis amores, mis errores y mis ilusiones se aproxima al Jueves Santo y su mágica mañana de mantillas y nerviosismos, que ojalá reluzca y no se moje.
Recuerdos de veintitantos años de casi continuada presencia, de ausencias terciadas y casi obligadas. Y hoy he vuelto a ver entre sueños, a la Esperanza de Sevilla en su paso, llenando de verde y de belleza mi oración y mi devoción, al tiempo que por un segundo he creído poder tocar y besar las manos, de quien teniendo el Gran Poder lleva a hombros la cruz de todos.
Y así estoy rebosante de azul, de primavera y de barroco, estoy viviendo esta Semana Santa, que en un principio estaba destinada a ser in situ, pero ya se sabe que el hombre propone y Dios dispone. Y sigue mi enganche a la semana santa televisada y digitalizada, pero es que esto es mucho y esta semana se ensancha todo mi afán y toda mi intención. Nada más que la evolución de quien de niño con una caja de puros forrada de papel de plata jugaba a las procesiones, de forma ingenua y entusiasta, y muchas veces no comprendida.
Que el tiempo permita que tus ilusiones salgan a la calle. Yo, este año también saldré en la procesión de Viernes santo. Más sencilla que las que describes pero no por ello menos emocionante para mí. Y Meriyou llevando cetro este año también. La verdad es que me tengo que preparar mentalmente porque es un verdadero choque pasar de una fiesta total como son las Fallas, a la Semana Santa de un sitio tan sobrio como es mi pueblo. Que yo salgo a darlo todo pero a ratos me cortocircuitan las neuronas y cuando el frio y el cansancio aprietan...pero pienso en mi padre que con 80 años y encorvado, tira palante y me doy risa y pena. Por él lo hago.
ResponderEliminarBesicos.
Cuando yo jugaba de pequeño a las procesiones (que también lo hacía... y mu hermosas que me salían!!), a veces me preguntaba si habría alguien más en el mundo que lo hiciera... hasta yo me veía raro!! El tiempo me enseñó que, no solo había muuuuchos chicos más como yo, sino que no era tan raro todo aquello, pues era la expresión de un sentimiento mamado en mi casa, en mi ciudad y en mi ambiente. Semana Santa es un tiempo para expresar!! Exprésate como quieras y vívela!! Un abrazo. Gúmer.
ResponderEliminarMaemia...que devoción la vuetra..
ResponderEliminarComo no me cambies de tema te voy a tener que dejar de comentar...
La Polo
La distancia, hace olvidar, cosa importantes.
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