lunes, 2 de septiembre de 2013

LA CATEDRAL INACABADA

Aún conservo el equipaje de buenas sensaciones que me he traído de tierras catalanas. Como siempre que he ido a esta tierra lejana, tan diferente a la mía, pero que me gusta y me interesa. Será porque aquí tengo buena gente que es el mayor monumento y tesoro que puedo tener, acaso el único.
   Esta vez he vuelto al templo de la Sagrada Familia, el monumento más visitado de España y el símbolo icónico de la ciudad condal, tras más de treinta años.
   En aquella ocasión solo existía la fachada del Nacimiento y la cripta. Tal vez mis pocos años no me dejaron admirar ni calibrar, en aquella ocasión, la grandeza de esta iglesia, la que cierra el ciclo de las grandes catedrales que se inició en el gótico y acaba en ella, que aún no está acabada.
  Las ocho torres actuales tan características y esbeltas, que aguardan las otras diez del proyecto, doce por los apóstoles, cuatro por los evangelistas y las otras dos por Cristo y María, son un bolillo de filigrana en piedra, basadas en los pináculos de Colonia o Burgos y que sirven de guardaespaldas al pórtico del nacimiento, maravilloso retablo del siglo XX, con un programa iconográfico impactante, más de mi gusto que la simétrica fachada de la pasión, con esculturas más abstractas que bien poco me dicen, pero grandiosas ambas. Con el remate de la cruz gaudiana, tan particular, de cuatro brazos, tan modernista, como lo es el alma de esta tierra.
  Y el interior...porque lo importante de las cosas y las personas, es el interior...es algo impresionante, es un bosque de columnas a semejanza de árboles, árbol de la vida, de blanco y luz, es un compendio de imaginación, originalidad y grandiosidad. Mira que uno es barroco, y le gusta el dorado y las imágenes de vestir, y aquí no lo he echado en falta. Tanta maestría invita a un recogimiento complicado por las miles de personas que a diario acceden, tras horas de cola y espera, y doy fe de ello. Y en el blanco de las paredes y bóvedas, se reflejan los colores de las vidrieras, con los colores de la vida, por las que se filtra la luz, salvo cuando cae la noche. Claroscuros, iluminaciones, y la vida sigue, mientras la catedral avanza, y quien sabe si alguien la vea terminada alguna vez.
    Quien sabe si veremos terminadas y culminadas muchas cosas, quien sabe Barcelona cuando volveré a verte, quien sabe y luego no se sabe.

           Comienza septiembre. El tiempo corre rápido. Días de feria y otoño nos convocan. Mientras, los recuerdos de este verano corto pero intenso se funden con el hoy que mañana será otro ayer, y se fundirá con las imágenes perdidas y solo recuperadas en nuestra memoria, frágil a veces, según nos interese.

6 comentarios:

  1. No he estado aun, y tus palabras me han encantado.

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  2. Preciosa, la Catedral de nuestra época!.

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  3. ¿Has subido los nosecuántoscientos escalones que hay para llegar arriba de las torres? Yo lo hice hace 20 años. Ahora creo que me lo pensaría...Volví hace 3 años a visitarla y me agobió tanto la cola de los miles de crucero-turistas que querían entrar, que no tuve valor de esperarme. A ver si vuelvo en invierno, que será otra cosa.

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  4. Creo que para cuando yo visite Barcelona, lo mismo la han terminado ya....y no es que no tenga ganas de ir, tengo familia y amigos....pero no encuentro el momento....ea...
    La Polo

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  5. Dos veces de paso por Barcelona y dos veces sin ver la Sagrada Familia....Una haciendo la "mili" para subirme a un barco que me llevó a Mallorca y la otra de vuelta de peregrinación a Lourdes...
    En las dos no pude visitarla por falta de tiempo.
    Dicen que a la tercera...eso espero.
    Siempre me ha llamado la atención la obra de Gaudí y en especial La Sagrada Familia. Esa mezcla de misticismo "Llulliano" neogótico y ese "Modernismo" de esos mal llamados "años locos". Será por la locura que a los humanos nos entra con las guerras...
    En fin, me alegro que hayas disfrutado y espero seguir leyendote...
    Un fuerte abrazo

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  6. Ya estoy de vuelta.
    Ahora tengo mucho trabajo para leer y comentar. No sé si me podré poner al día.
    Con respecto a la Sagrada Familia me gustaría comentar una anécdota. Fuimos a la boda de una sobrina de mi marido. Estabamos un grupo de familiares y nuestro amigo PC admirando esta obra maestra y, mi hermano y él se pusieron a "descifrar" todos los relieves de las distintas fachadas. Cuando nos dimos cuenta, teníamos un montón de turistas a nuestro alrededor, escuchando las explicaciones: las religiosas y teológicas y las artísticas y humorísticas. Tuvimos que irnos porque los guías locales se estaban mosqueando.
    Un beso a todos templetilleros.
    Pepi

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