lunes, 30 de septiembre de 2013

HOJARASCA

ha vuelto el gris a apoderarse del ambiente, de la mente y del cielo; este septiembre ha empezado a humedecerse en su recta final, trayendo un otoño sobrevenido e impaciente.Cayó un lento calabobos fuera y se hace necesario cubrir brazos en las calles. Como siempre en este bendito Albacete y en esta bendita vida mía, de un extremo a otro, sin aviso, sin pausa. La luz asfixiante de estos días, da paso a una penumbra anunciadora de días más cortos y noches frescas y largas. Templetillo se pone aún más melancólico, emotivo y serio, pero con nuevos proyectos y siempre el compromiso de teneros, llueva, truena o haga frío...espero que florezca una primavera en todos vosotros y en mí mismo, cual milagro, en medio de este páramo otoñal que ya nos invade.
Las hojas comienzan su particular metamorfosis del verde al marrón, pasando por naranja, amarillo, ocre...y se forma la alfombra anual de piezas desparramadas por el suelo, como queriendo componer un imposible puzzle, de huecos invisibles e imaginarios. Colores de melancolías de ese verano que hace nada era rey y señor de todo, y que como todo rey efímero, ha muerto...¡el verano ha muerto, viva el otoño!
   Suena la hoja caída al pisarla, con un ruido fuerte de papel doblado, crujiente. De azul y verde, a gris y mostaza. La paleta del pintor de la naturaleza, cierra unos tubos de óleos sin aceite y abre otros, componiendo un nuevo lienzo, un nuevo esbozo, un nuevo boceto.
   Quizás más pronto que tarde el cuadro quede terminado. Buen lunes. Y a seguir pintando entre hojarascas y charcos.

7 comentarios:

  1. Y como buen nuevo lienzo, se vislumbra otra etapa, otras risas, otros ratos por compartir y otras jotas...

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  2. Este cuadro que se enmarrona, no se emborrona, pero está próximo a terminarse.
    Las hojas caen, a su ritmo, golpeando el suelo, de la misma forma que los pensamientos golpean mi voluntad.
    Estos ocres, que se tornan en grises, quieren volverse negros eternos, como eternas son las noches de este invierno que ahora empieza.
    La frialdad de esta estación, embauca mi vida, sin saber si podrá reverdecer la próxima primavera...

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  3. Es una pena que estados de ánimo-anónimo no sepamos de quién o quienes vienen.
    Pues ¡No nos queda ná hasta Navidad!.... No os pongais tan melancólicos que aún queda mucha tela...o será que es lunes y we d'ont like mondays...
    Yo hoy no puedo mirar atrás. No creais que estoy optimista es que tengo una tortícolis que no me deja girar el cuello.Ahajajajaaaa.Parezco Tutancamon...eso sí, muy digna..

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  4. El otoño. me encanta y sus colores me apasionan, su clima me es grato y los paseos en esta época del años se hacen cultura y arte.
    Buena semana y feliz día de San Jerónimo.

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  5. Pues a mi no me gusta nada de nada el otoño. Que no, ea. Me gusta la calle, el sol, la ropa fresquita y ligera.... Y prefiero sudar la gota gorda que ir cargada de guantes, bufanda, abrigo..... y empezar con los resfriados. Que hartura, todos los años viene el frio, sin saltarse uno. Si, ya lo se, que si no corre el ciclo del año no es lo mismo para los animalitos y las plantas que pueblan esta bendita península... pero ya quisiera yo el trópico para mí.
    ¿Quien comparte conmigo el siguiente horror: Sales de casa a currar de noche, con un frío del carajo en la calle. Abrigo, bufanda, gorro, guantes, paráguas si llueve y el bolso con la casa a cuestas más quizás una cartera con documentos (o la comida). Llega el bus a la parada después de una espera en la que casi se te congelan los pies. Subes al bus (en el metro empezaría aquí la historia). Primero, busca el abono (dondecoñolohepuestoquelohevistoantesdesalirdecasa) mientras los que están detrás de ti esperan con un careto de pá machacalte. Pasas por el torno en el cual se te engancha el abrigo o la bufanda o la correa del bolso o de la cartera. Mas machacalte.
    Claro está, dentro del transporte público hace un calorcito que procede del human being que no te cuento. Como hace frío pá que se va a lavar la gente, "si en invierno no sudo... ". No sudo hasta que me meto en el bus (o metro) que entre el calor y la humedad relativa creada por la existencia humana empiezas a sudar. Y a quitarte accesorios mientras te caben en la mano. Claro, las manos tienen una capacidad limitada y en innumerables ocasiones llegas a destino con un guante menos, sin bufanda.... que se queda en el andén o pasillo pisoteado y lleno de barro,.¡Como pá volver a por ello!. Yo tengo un recurso, dejo hueco en el bolso para meter dentro guantes, bufanda... así ya no los pierdo.... tanto.
    Of course, la maniobra de liberarte de la citada ropa con el vagón / bus completamente crowded supone que vuelvan al "como sigas moviéndote voy a machacalte". Y tu, mire usted, es que con el calor que hace y tanta ropa que llevo me va a dar una angustia y me voy a caer redonda". Lo cual es más falso que el beso de judas porque no llegas al suelo ni de coña aunque pierdas el conocimiento (a todo esto, ¿cómo hay gente que puede ir leyendo?). Ah, y mientras controla el bolso que no te lo limpien.
    Y llegamos a la parada o estación de destino. Opciones: o te bajas tal cual vas, arriesgándote a que se quede todo pillado entre dos individuos (bien por la fuerza de presión de dos cuerpos que intentan ocupar el espacio que dejas o bien por el ratero que te está tirando de los bolsillos (a todo esto, imposible de controlar con los brazos ocupados) y arriesgándote a pillar una pulmonía al bajar del bus y enfriarse el sudor o empiezas a deshacer toda la maniobra anterior para terminar poniéndote los guantes, que se te ha olvidado que para abrir el paraguas te los tienes que volver a quitar. Eso sí, intenta no hacer contacto visual con nadie, porque está dispuesto de nuevo a machacalte.
    Y salgo a la calle. El trayecto ha durado media hora y llego a trabajar ya agotada.
    UFFFFFF ¿Otoño? ¿Invierno? Para tí.

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    Respuestas
    1. Eso Juan Carlos no lo tiene que sufrir todos los días, afortunadamente para él. Pero ¡Cómo te comprendooooooo! Por eso doy gracias a que, aunque cargada, muchos días pueda ir andando al trabajo (aunque sean 25 minutos a buen trote...). Pero es tal cual lo has contado, hija.

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  6. Es que el otoño es muy triste....y en cuanto cambien la hora a las 5 no se ve ni gota....ea..
    Y es que aqui el invierno dura mucho.....de que me ponga el abrigo, no me lo quito hasta junio...
    La Polo

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