desde mi coche, me veo rodeado e inerme frente a los enormes viñedos que en
estos días abandona su continua soledad anual, para acoger un trasiego de gentes que se alzan y se agachan para ir quitando de cada sarmiento ese racimo de esferitas moradas.
El sol cae, empieza a hacer frío...de repente me envuelve un agradable y esperado olorcillo a mosto, que sirve de preludio de ese vino que nos espera, para celebrar, para olvidar, siempre compartir, bien en una barrica de madera o en vidrio ...vino de mi tierra, uva muerta y pisoteada,velada por pámpanos y tierras duras.
Habrá uvas buenas y maduras. Otras apedreadas y muertas. Y siempre mala uva, porque con esa no puede granizo ni tormenta, lamentablemente y no se puede hacer vino, sino vinagre, agrio y desagradable. Y cuando se secan son pasas, arrugadas y pasadas.
Sarmiento y cepa. Espuerta y tijeras. Tiempo de vendimias. Verde y morado como dicotomía casi cofrade de nazarenos y veracruceros. Uva pisada por pie desnudo, planta manchada, pie pisado, y el jugo se hace aceite de mosto.
Y remato con la fábula de la zorra y las uvas, porque yo creo que hay más de las primeras que de las segundas:
Una zorra ve un racimo de uvas e intenta alcanzarlas. Al darse cuenta de que está demasiado alto, desprecia las uvas diciendo: «¡No están maduras!». A menudo los seres humanos fingimos despreciar aquello que secretamente anhelamos y que sabemos inalcanzable.
mucho me temo que seguiré "yendo por uvas"...no escarmiento...no...
Los campos manchegos en plena vendimia marcaba el final de mis vacaciones adolescentes. Después de la feria y a punto de empezar las clases. La vuelta de Chinchilla a Madrid en el Seat124 después de dos meses allí la hacía enfadada con el mundo por tener que volver al cole y perder esa libertad de que disfrutaba con la abuela. Hace mucho que no veo vendimiar. Me contaron que ahora hay unas máquinas que dejan todo el viñedo limpio de uvas en un pispas. Pero que quiere usted que le diga, no creo que sepa igual el vino recolectado a mano o con el artefacto ese.
ResponderEliminarMientras, hoy segundo día de reencuentro con mi vida. Ya casi recuperada, pero aún estoy a por uvas.
Besos y buen juernes.
La época de la vendimia, esta en todo su apogeo.
ResponderEliminarLos pueblos, festejan la pisada de la uva. En Montilla los campos están cubiertos de obreros y esperanza de una buena cosecha.
Buen día.
Viniendo de la manchuela, es difícil no acordarse de la vendimia....en mi familia son muchos los que tienen viñas...y me acuerdo de ir de pequeña mientras vendimiaban....y lo mejor, los bollos de mosto que luego hace el panadero del pueblo....buenismos...jomío...
ResponderEliminarLa Polo
¡Qué bonito! Días de vino y rosas.
ResponderEliminarNunca estuve en una vendimia y me gustaría pero me temo que no estoy hecha para las labores labriegas porque con la recolección de naranjas en diciembre, tengo el cupo (he dicho cupo)de campo cubierto para todo el año. Labor sacrificada, como casi todas las que se hacen a la intemperie y doblando el riñón. A muchos "entendidos tontacos" del vino los ponía yo a recoger las uvas que luego producen el caldo del que tantas cosas pedantes llegan a decir. Yo he oido en una cata cosas como "Me sabe a manzanas de otoño"...(¿De otoño? ¿No es suficiente con el me sabe a manzanas?...) o lo de matices de "frutas rojas"... (a ver, nariz de oro ¿De qué si no?)
o lo de "estructura compleja" y "cuerpo graso" (yo te diré lo que es un cuerpo graso.... hay que frungirse...)
Por contra, tengo un primo en Chinchilla al que invitaron a una cata profesional, de esas en las que pruebas los vinos más buenos y más caros pero que no te los bebes, los escupes en una bacinilla. Cuando se enteró lo que costaban los vinos que le daban a probar, dijo que ni muerto tiraba él eso y fue todo para adentro. No te digo la "tostá" que pilló.
En fín, que me gusta el vino (y la cerveza), aunque no tenga conocimientos especializados en el tema y sigo sugiriendo lo de los Templechatos. ¡Estaría bien juntarse en una bodega!
Besos enológicos.