DEMASIADAS EMOCIONES

     Comienza una nueva semana, cerrando la que pasó que ha sido complicada, extraña...Afloraron demasiadas emociones a flor de piel, en forma de miedos y temores, en manera de silencios e ignoros, demasiadas tensiones y pocas sonrisas.
     Complicados los retornos. A esas moles de hormigón, repletas de pasillos, batas blancas, esperas e incertidumbres. Tal vez si que es cierto que tengo ángeles de la guarda, en forma de maravillosos amigos que en un momento se cruzaron en mi vida, y que siempre con una sonrisa, con un abrazo te quitan los males del cuerpo y sobre todo del alma, como hace un año, como es estos días pasados. Os admiro no sabéis como a mis amigos sanitarios, que habéis escogido esa vocación y profesión tan difícil. A todos.

    Retorno a Bala del Cid que durante once años fue mi ilusión, mi gran proyecto. Mis mejores años tal vez, en la vega de los río Mirón y Balazote. Tornado de emociones en esa puerta del auditorio, después de once años, veinticuatro después de mi llegada, y mucha nostalgia, mucho miedo, mucha sensación agridulce, como es la vida misma, y en estos últimos tiempos más de lo primero que de lo segundo.

        Riesgo de nevada. Lo mismo aciertan y esto se cubre de blanco, en este invierno seco, raro y de páramo. Como un páramo desolado me parecen a veces las líneas de este blog que espero retomar con más regularidad, con más inspiración. Tal vez no me dejen las emociones; ojalá pudiese controlarlas, ignorarlas, y esperando que perdonéis mis inseguridades, mis tropiezos que no son nada más que la constatación de que os necesito, que no sé estar sin vosotros.
   
             Y esta noche la hoguera de Sant Antoni (San Antón) en Canals. Y yo que esperaba ir...otra cosa que me pierdo, y es que ya son tantas!