Aún con la impresionante estampa de las dos torres iluminadas en mi retina, escuchando todavía el murmullo de vítores y multitudes, con la tierra roja que explota en su color por el calor, sin casi tregua, emprendo camino hasta Peñas de San Pedro. Bien distinta es mi ruta y lo que me aguarda: una noche casi en vela, un amanecer único y emotivo, y una marea blanca, que aunque pareciese que fuera a correr delante de toros, va a realizar el cross más peculiar, impactante y único de todas las tradiciones albaceteñas. Esta noche de San Agustín, se pone en escena la leyenda del robo del venerado cristo por los mozos peñeros, ante la amenaza del hurto por los pozueleños, dando lugar a una de las más excepcionales muestras del folklore etnológico-religioso de toda España, conocida casi mundialmente. Gentes de todas partes que llegan a ver al Cristo del "Sabuco" y su santísima madre, promesa, costumbre y fé. Templetillo no puede correr, prefiere ir andando, despacio, a veces cojeando, intentando trazar su ruta, su camino hecho de tantos caminos y veredas, casi sin ningún atajo, siguiendo un rastro, una señal que muchas veces se muestra escondida o engañosa.
Y eso que cojeas, ¿qué te ha pasado, hermoso mío?
ResponderEliminarNo te pierdes una, ¿eh?
lo que nos gustará un buen mozo peñero... a algunas claro... pero que tanta prisa no puede ser buena pa na...
ResponderEliminarGracias por acercarnos estas devociones populares que son parte de nuestra historia y cultura y merecen toda la difusión, tú además las acompañas de profundo sentimiento, ¡enhorabuena siempre por tu trabajo!
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