Noche de ánimas. Ayer todos los santos del cielo tuvieron su fiesta, incluidos los que no lo son y ni siquiera existieron. Los camposantos rebosan de flores frescas, y sus paseos de huellas de las personas que cumplen el ritual y la tradición de la visita anual y casi única a mausoleos y nichos, donde reposan millones de historias, de vidas, de almas.
Me fascinó de siempre el tazón de aceite en el que nadaban esas mariposas de corcho y cartón, y que las mujeres de mi casa ponían en estos dos primeros días del undécimo mes. Al igual que las velas, siempre me ha gustado el tintineante temblor de la llama, la mística y sobrecogedora iluminación de cocinas oscuras y vacías, que siempre también despertaron en mí, temblores y respetos.
Difuntos, muertas. La vida es morir y las cosas, al igual que las personas también se acaban. Hoy he empezado a morir un poco más, y tú y tú. Tal vez yo con un poco más de decepción añadida, tal vez tú con alguna angustia laboral nueva, o tú con un nuevo motivo de preocupaciones. Parece que estos días son de negro y de luto, aún con suavidad de tiempos y climas, y siempre necesitaremos una luz, o dos o tres, sobre todo cuando pensamos que vemos, y la claridad es fingida, una ilusión óptica o de cualquier otro tipo.
Empiezan a marchitarse los crisantemos. Día de los fieles difuntos...¡difícil eso de la fidelidad!, en casi todos los campos de esta complicada vida, porque aunque las personas tengamos esa virtud en estima, que pocas veces la disfrutamos, al menos en mi caso. Bien limpias las lápidas, se releen los epitafios, se cierran las verjas y el recuerdo activa a los que os dejaron, pero no del todo. Y ver si ya no vuelvo a mezclar el aceite y el agua, el deseo con la realidad, la ignorancia con la evidencia. A las ánimas benditas se lo pido.
Es cuestión de estar despierto, consciente.
ResponderEliminarMagnifico articulo, en mi pueblo, yo creo que en la mayoría, se le enciende mariposas y cirios
ResponderEliminarpara las Animas Benditas.
Enhorabuena Juan!!