Hay palos de la baraja. Oros y copas, que significan fortuna y riqueza, y bastos y espadas que son armas y negativo. Palos en cartón, todos igual por detrás, carta en la manga, sin saber muy bien jugarlas, ni descubrirlas.
Hay palos del flamenco. Alegres como las alegrías y bulerías, tristes como la soleá o la saeta. Cantes y cantos, siempre con un "jipío", un lamento, un grito y un palo en forma de bastón que marca el compás.
Hay palos de golf. No conozco ese deporte, todo en verde, tranquilo, con la fuerza que lanza la bolita por los aires, y a veces se pierde, y a veces acierta y entra en el hoyo.
Hay palos de vainilla. Orquídea comestible, de sabores de helados veraniegos, agradable y aromosos palos...
Hay palos de madera. Que a veces se caen los del sombrajo, y nos quedamos estupefactos, descorazonados...Vigas y soportes, que a veces la carcoma de las cosas pudre y parte, o hunde. Palos que marcan ancestrales danzas rituales, con ritmos sencillos y habilidosa ejecución, paloteos de mi tierra.
Hay palos de la vida. Del alma, del amor, del trabajo... de todas las facetas que componen esta travesía que a veces es tormentosa, y otras serena. Palos que hacen herida, moratón, que prolongan el dolor, y se van superponiendo, y aunque la marca cicatrice, se van acumulando, y se llega al "palazo",que es como un palo atravesado entre las ruedas, y nos hace pararnos, detenernos.
Suena el aire con fuerza en esta madrugada. Pienso en el Palo malagueño con sabor a verdiales o en Palos de la Frontera y su monasterio de la Rábida, que algún día veré o en Cabo de Palos, atardecer en Mar Menor, caldero sabroso en el extremo murciano.
Demasiados palos. Demasiadas madrugadas.
bonito repaso por la palabra, a veces pasamos por ellas sin prestarles la debida atencion, ligeros, pero puede decir tanto una palabra tan breve...
ResponderEliminarY esos en los que te apoyas para avanzar cuando no te sostienes ...
ResponderEliminarMeriyo
Me quedo con el atardecer de Cabo de Palos que he tenido la suerte de ver...
ResponderEliminarLos palos que te dá la vida, son inevitables, dificiles de curar y de digerir....y lo mejor es olvidarlos....
Ahora que estamos cerca de la Navidad, prefiero el aroma a canela y vainilla...
La Polo
Pues yo puestos a elegir me quedo con los palos catalanes, recubiertos de chocolate y rellenos de crema pastelera, que esta vida hay que endulzarla de tantas amarguras. Alfonso
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