lunes, 6 de mayo de 2013

BELÉN, CASTILLO

La Virgen de Belén de Almansa no es virgen de navidades y portales. No es fiesta de fríos y villancicos. Es madre de primaveras y sones de pasodobles. Es un nacimiento entre amapolas, con tardes prorrogadas y cristianos y moros. Desde que en el siglo XVI, el concejo hizo voto de peregrinar en este día seis de mayo, el de San Juan ante Porta Latinam, de gran tradición en la ciudad zapatera, así como en Chinchilla y Albacete, hasta la ermita de aquella virgen traída de Roma por una promesa de un peregrino almanseño, se ha celebrado la fiesta mayor y el día grande de esta ciudad, puerta de La Mancha hacia tierras valencianas.
    He vivido este año las vísperas. Otro año el día seis. Y siempre con nerviosismo, deleite y alegría. Porque Almansa es uno de mis sitios, de mis raíces, de un lugar que yo he decidido que aún sea más parte de mí y de mi historia. Y es que echo la vista atrás, y aquí siempre he sido feliz, he disfrutado mucho; aquí fui a la primera boda, aún con pantalones cortos, a un restaurante, y también tuve mis primeras salidas adolescentes sin horas ni controles paternos. Aquí nadie me cuestionó ni me marginó como en otros lugares, y siempre me he sentido querido y respetado. Por eso quiero tanto a Almansa y a su Virgen, que también está ubicada en mis archivos infantiles. Su imagen ha estado siempre presente en mi entorno y el de mi gente, y a veces necesito escaparme a su santuario, a escuchar el silencio y a encontrarme un poco más a mi mismo, en este mar revuelto a veces, que aquí, en Belén se calma.

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    Castillo de Almansa! torre que homenajeas al cielo,
    entre la llanura aún quijotesca,
     y el Mugrón altivo,
     que te vigila y acecha.

      Otra sensación. La bajada de la última curva de la carretera y la visión repentina del imponente castillo, uno de los más bellos y fotogénicos de España. Piedra cerrada, reja abierta...mientras las almenas hacen cremallera al viento. Dicen que hay quien duerme entre sus muros en noches de agosto y de perseidas, esperando que el santo de la parrilla llore estrellas y esperanzas.
       Castillo firme y seguro. Castillo que quiero, que apetezco. Y no esos otros castillos, en el aire, o de naipes, que se caen o vuelan, porque simplemente ni existen.
    Hoy es lunes almanseño. Y yo sé de algunos castillos sitiados por ellos mismos, pero que son libres por su fortaleza. Y algún día bajarán las puertas, y no habrá ni foso, ni rejas, ni celdas, porque ese castillo es de gente buena. He dicho.

4 comentarios:

  1. Este mes de mayo, todas las advocaciones de la Stma. Virgen son festejadas en multitud de romerías , fiestas, procesiones y cultos!.
    En este mes de María desde Ntra. Sra. de Belén, Fatima, Lourdes y pasando por Dolores, desconsuelo e infinidad de devociones de nuestra Madre, nos invita a la oración y meditación en cada uno de sus días.
    Un rezo y ofrecimiento hoy por todos aquellos que no tienen a María, como Madre y guía en su vida!. Para qué ella alcance la gracia y lo cubra siempre con su amor de Madre y maestra!.
    Buen día y feliz semana!.

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  2. Dices bien Dolor Calmado, es una suerte tener a María como madre, sobre todos los que la hemos perdido en la tierra.
    Pepi

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  3. En Almansa tengo yo familia. Me ha gustado mucho lo que dices del castillo. Buena idea lo de ver allí la lluvia de estrellas...la adopto para ir este verano a verlas caer en el castillo de Chinchinaty (pero tapada con una manta, que la rebequica se nos queda corta...ya te digo...)

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  4. Siempre que de pequeños íbamos a la playa, nos levantabamos temprano y medio adormilados haciamos el camino. Cuando estabamos cerca de Almansa, el más espabiladillo nos avisaba y todos mirabamos embobados y sombrados su castillo. Nos llamaba la atención... admirábamos con emoción su imponete silueta y en nuestra imaginación aparecian caballerias moriscas y cristianas y el cerco al castillo entre silbidos de saetas y brillar de espadas. Ufff...que recuerdos.
    Aún me sigue imponiendo y encantando cada vez que paso por alli.
    Castillo inexpugnable y señero de la comarca, de lienzos de piedra megalítica impresionante pero accesible para el que entra con respeto, curiosidad...
    Hay "castillos interiores" que requieren su tiempo para hacerlos accesibles y en los que podremos pasear sin miedos ni vasallajes.

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